martes, noviembre 26, 2024
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«La gente evoluciona y necesita formatos más modernos que los de José Luis Moreno»

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-Le he oído decir que tuvo que hacer una 'gymkana' en vez de un casting para presentar No es un sábado cualquiera…

-Sí, me hicieron desde tocar la guitarra, cantar, un monólogo, interpretar, dinámica de concurso… fue una hora y media larga de no parar, y prepararlo durante dos días. Gracias a lo que había hecho en The Hole vieron que tenía madera. 

-¿Se presentó entonces por masoquismo?

-Fue una propuesta de la cadena y Veralia porque me conocían de musicales con Tricicle, en Noche Hache y en El Club de la Comedia, y vieron que era un artista que podía hacer frente a todo lo que demanda el programa, que es muy exigente y dinámico de propuestas. No es una presentación al uso sino integrarte con lo que hace el artista que viene o la banda. Yo pongo el punto cómico.

-¿Y esa labor se la plantea desde un punto de vista de actor o desde Fernando Gil presentador?

-Siempre tienes que tirar de ti mismo, de tu naturalidad, pero hace falta una energía muy concreta, porque está entre lo televisivo y lo interpretativo. Es una especie de híbrido y la parte actoral me pedía encontrar la energía que pedía el producto. 

-¿Eso de hacer de todo es bueno o a la larga hace que uno no se especialice en nada?

-A mí me encanta porque de alguna manera me permite desarrollar facetas que tenía olvidadas y presenta facetas mías que no eran muy conocidas, y eso me abrirá campos nuevos. Me parece positivo que se me vea patinando con Javier Fernández, cantando con Ainhoa Arteta o montando a caballo con Rodolfo Sancho. Me pongo a la altura de gente que son bestias en lo suyo. 

-¿Le está gustando esto de ser presentador?

-Nunca me había planteado el tema de presentador porque soy básicamente actor, he luchado bastante para no encasillarme pero gracias a poder hacer un montón de cosas ha llegado un programa así, los astros se han alineado en el momento adecuado. 

-¿Por qué tipo de humor apuestan en un programa de TVE de sábado noche?

-Intento desarrollar un humor lo más blanco posible, para todos los públicos y el personaje que desarrollo juega con eso, incluso tirando a chistes malos para reírme de mí mismo y que el invitado se ría del personaje que tiene al lado. En los sketches hay un sketch de presentación y ahí desarrollamos todo tipo de comedias que me gustan, como las que hacía con Tricicle, un humor un poco más ácido. Tocamos muchos palos, pero sin meternos con nadie con nombres propios. 

-El programa tiene hasta un concurso. ¿A quién pidió consejo?

-Curiosamente staba haciendo teatro con Carlos Sobera y tuve la oportunidad de preguntarle qué es lo que había que hacer en un concurso. Me dijo que en el concurso lo que tenía que hacer era desarrollar la simpatía y tener muy claro los hitos del concurso y no levantar mucho la voz y responder con naturalidad y simpatía, y… levantar las cejas de vez en cuando. 

-¿Ha habido algún invitado que haya ejercido de presentador con usted con el que se haya sentido mejor?

-Me he descubierto como alguien que se adapta bien a la gente. Me lo he pasado genial con todos. Ainhoa Arteta, que podría haber sido gente más estirada por eso de venir de donde viene, fue la persona que más se abrió a las pruebas. Todos se han sentido muy arropados por el plató.

-Después de haber interpretado a los dos Reyes de España en la ficción, ¿ha tenido algo que ver la Casa Real en su elección para este programa?

-No lo sé. Sé que está de coña, pero supongo que les caeré bien. Creo que Felipe vino a verme una vez al teatro antes de hacer yo de él. A mí me reconocen mucho por el Rey y el Príncipe, pero también por programas como La tira o series como 'Anclados'. He intentado hacer todo tipo de personajes y a estas alturas el reto aquí era esa falta de encasillamiento ponerla a disposición de un formato como este.

-¿Guarda buen recuerdo de aquellas interpretaciones?

-Guardo muy buen recuerdo porque Oristrell adora a los actores y te deja el trabajo muy fácil e hice buenas migas con Amaia Salamanca, Puicorbé y tener a Marisa Paredes como tu madre, cuando siempre la he venerado… Mi padre siempre dice que es mejor que hablen de uno, aunque sea bien. No hay mala publicidad, y el producto me parece que estuvo bien. Nos vieron seis millones de personas y fue de lo más visto también en la RAI y en Latinoamérica. El producto funcionó y otra cosa es que la gente quiera sacar punta a ese producto. 

-¿El reto que tiene ahora es demostrar que este espacio sabatino no tiene nada que ver con el que hacía José Luis Moreno?

-Nuestro reto no es compararnos con él, es un tipo de formato que el referente era ese, pero sólo con ver el plató se ve que vamos por otro lado, una cosa más moderna. En su época funcionó bien y desde producción se piensa que lo que pide la audiencia es otra cosa, hay que modernizarse, la gente joven va evolucionando y necesita ver otro tipo de formatos más modernos. Yo no veía los programas de José Luis Moreno, me pilló estudiando y estaba a otras cosas. No va a haber desfile de lencería, pero sí un plantel de bailarines de Lola González, que se caracteriza por un grupo muy moderno y artístico y todos ellos son muy guapos y con cuerpos espectaculares, pero lo que prima es cómo bailan. 

-¿Y qué proyectos tiene en cartera?

-Tengo un texto argentino, un monólogo, que estoy versionando y también quiero vacaciones para descansar y montar a caballo. Hay una posibilidad de que cuando pare pueda hacer una película internacional que se haría en agosto, porque el inglés lo tengo bien y se hará en la India. Y alguna cosa más en TVE.

M. Arroyo

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