Felicidad incompleta. Eso es lo que ha debido experimentar María José Campanario después de recibir por un lado la buena nueva de su alta hospitalaria, y comprobar por otro cómo en las redes sociales ha visto la luz el mensaje más duro que ella había dedicado a los que se metían con ella.
Más de un mes después de ingresar en una clínica de salud mental, la esposa de Jesulín de Ubrique ha recibido el alta, pero su llegada a casa no ha sido tan tranquila y feliz como esperaba, al ver publicada cosas suyas como «un consejo que a lo mejor os viene bien: probad a meteros el dedo por el culo y haceros los muertos, así el país estaría mucho mejor, diría que hasta el mundo».
Así comenzaba el mensaje que les envió a sus detractores el pasado 5 de julio, antes de ser ingresada en la clínica El Seranil. La odontóloga estaba por entonces muy cansada de las informaciones que se publicaban sobre su enfermedad y sus ingresos hospitalarios a causa de la fibromialgia, y de ahí que indicara también «por cierto, yo no he vuelto a decir nada al respecto de cierto tema, eso ya está en manos de quien tiene que estar, a ver si alguno recoge el mensaje, se compra una vida y me dejáis tranquilita».
Aquel mensaje Campanario lo cerraba con una frase muy típica de Belén Esteban, que muchos interpretan como una confirmación de las últimas informaciones acerca de la supuesta obsesión que la esposa del torero tendría con la madre de Andrea: «Me reitero en decir que los fascistas me parecen basura. Hasta luego Mari Carmen».
Por si con eso no tuviera bastante la familia, la tensión en Ambiciones se ha intensificado en las últimas horas, después de que una persona cercana a la familia haya asegurado que el 'topo' de Campanario no es otro que su cuñado, Víctor Janeiro. Por supuesto, éste lo ha negado y también ha reiterado que tomará medidas legales contra quien lo ha dicho.
M. A.