Era uno de los favoritos, no tanto por su simpatía, sobre todo la de algunos otros rivales, como por su buen hacer en las cocinas y al final Saúl Craviotto se proclamó este martes ganador de la segunda edición de MasterChef Celebrity, tras superar en la gran final a Silvia Abril, y después de dejar con anterioridad fuera de concurso a José Corbacho y Patricia Montero.
El popular deportista y policía nacional estuvo acertado tanto en el cocinado como en el menú, que fue lo que terminó de convencer al jurado, que contó en esta ocasión como invitados de lujo a dos ilustres chefes como Martín Berasategui y Quique Dacosta, que no encontraron casi fallos. El ganador sólo pudo manifestar al final que «si tengo que definir esto es felicidad. Quería dar las gracias porque va a ser lo más bonito que voy a hacer en toda mi vida».
Algo así debió pensar la Fundación Aladina, que fue la organización escogida por él para recibir los 75.000 euros que el programa ofrece como premio. Craviotto no quiso marcharse sin antes invitar a todos los celebrities del país a que se apunten a la experiencia: «se lo recomiendo a todo el mundo».
A la que no se le borró la sonrisa hasta el final fue a Silvia Abril, que se tuvo que conformar con el segundo puesto de esta edición pero que terminó afirmando que «no ha podido ser pero estoy feliz, es más de lo que pensaba que podía conseguir». Su simpatía y el humor derrochado por otros concursantes como José Corbacho, Anabel Alonso o Edu Soto ha sido sin duda la máxima de esta edición en la que por primera vez Eva González no fue la única en quedarse sin probar los platos ya que concursantes y familiares se divirtieron con las caras que ponía Pepe Rodríguez cuando no era capaz de probar una elaboración al completo del menú final porque eran 5 jueces los que estaban en la mesa en total.
También fue novedoso que otro miembro del jurado, Jordi Cruz agradeciera como nunca a todos los concursantes por lo que habían dado a la edición, «llevo 11 ediciones y no recuerdo un menú cocinado con tanta pasión y emoción como el de hoy. A todos, muchas gracias».
Incluso a una Patricia Montero a la que se le complicó el postre en el exterior de mala manera, hasta el punto que la actriz se estresó hasta el máximo con el caramelo y la forma en que había que colocarlo en el plato, como una bola o cúpula. Pese a las ayudas que recibió no pudo lograrlo y tuvo que pensar un plan B.
Como suele ser habitual, la edición no se cerró sin que todos los participantes se demostrasen lo mucho que se quieren y, tras toda la tensión del cocinado, los concursantes y el jurado terminaron dándose unos cariñosos besos de apoyo. Tampoco faltaron las bromas sobre que la presentadora, Eva González, era un amuleto de buena fortuna, por la suerte que le dio a Craviotto. Ella misma lo demostró en redes sociales preguntándose si al final tendría que acudir como acompañante a alguna competición deportiva.
M. A.