Después de que las redes sociales mostraran su rechazo al regreso a la isla de Saray Montoya, por aquello de que había abandonado y la organización no debería haberla dado otra oportunidad, su vuelta confirmó que tampoco sus compañeros, en un 90% de los casos, ha visto con buenos ojos que siga concursando en Supervivientes.
El pasado domingo, durante la emisión de Conexión Honduras, la gitana se subió a un cayuco y dejó el programa de Telecinco. Horas después, la cadena anunciaba su regreso sorpresa y éste no solo pilló por sorpresa a la audiencia sino también a sus compañeros, hasta el punto que solo Raquel Mosquera se alegró del cambio de idea de su amiga.
La más enojada, sin lugar a dudas, fue María Jesús Ruiz, que señaló que «lo único que espero es que no monte los pollos que ha montado». La ex Miss España, que representó a nuestro país en los certámenes de Miss Universo y Reina Hispanoamericana, recordó, algo inquieta, las palabras de Saray: «Si ella misma dijo que prefería irse antes de mostrar cómo era realmente, es que es capaz de hacer cualquier cosa», y subrayó que «prefiero vivir en un iglú y desnuda antes que dormir con Saray».
La actitud conciliadora de la diseñadora sevillana, que a su regreso aclaró que «ha sido una locura, pero de aquí no me echa nadie. No quiero peleas, somos una familia. Por mi parte es borrón y cuenta nueva», tampoco convenció a la ex modelo y exconcursante de La isla de los famosos, «qué pesadilla, de verdad. Otra vez a alimentar a ese ser que vive de sus compañeros, pero les hace la vida imposible y crea un ambiente horrible. Es la vergüenza de toda su etnia».
Una compañera de ésta, Romina, cree por su parte que Saray es «una cobarde» por haber renunciado y reculado, mientras que el Maestro Joao, el adivino, ha lamentado su vuelta pues considera que con ella en el grupo «va a ser muy difícil volver a retomar esas risas y esa fluidez que había».
Por su parte, Fernando, el novio de Maite Zaldívar, ha asegurado que pasará de ella, mientras que su pareja ha tenido una reacción similar, aunque con la preocupación añadida de que Saray sea la próxima y tenga que convivir con ella en El Mirador. Todo por culpa de ‘don dinero’, por aquello de la gran suma que tendría que pagar Saray si se hubiera ido de forma voluntaria.
M. A.