En First Dates, hemos visto de todo en cuanto al amor, invitados que se quejan de que la otra pareja que le ha puesto para su cita no le gusta, o que tira los tejos a las camareras o al barman. Pero criticar la organización del programa, pocas veces había sucedido.
En este caso en su edición Café, presentado de lunes a viernes por Jesús Vázquez, que aunque se parece mucho a su hermano mayor de por la noche, la diferencia aparte del personal que atienden las mesas, es el horario, que es más en plan mediodía, intentando dar un toque diferente, teniendo en cuenta en el momento del día que se emite, justo antes de la hora de la comida. A su vez no todos van buscando enamorarse, sino también una posible amistad para compartir momentos, pero sin que exista nada más allá.
Dicho lo cual, uno de los asistentes que acudió en busca del amor, concretamente Chema, no debió gustarle mucho la pareja en cuestión que le seleccionaron, puesto que no había mucha química entre ellos, pero a esto se suma que las viandas que pidió para almorzar tampoco fueron de su gusto precisamente.
Hemos de tener en cuenta, que es cocinero de profesión, por lo que a priori debe tener un paladar más fino, aunque desconocemos como se maneja en los fogones de su restaurante. Según iba avanzando en la degustación, realizaba comentarios del tipo «esta carne está dura» o «yo cocino mucho mejor de lo que ponen aquí». Parece que con esas reflexiones, lo que pretendía era hacer un llamamiento a que hiciera acto de presencia por allí, Alberto Chicote, para que se pasara por un restaurante de la competencia e intentar solucionar los menús y la organización que hay, en el espacio de Mediaset.
Entre Marian, que así se llamaba su cita y él, había dardos cruzados sobre todo por parte de ella. Comentarios del tipo: » una persona que dice que nunca ha mentido con 56 años, eso quiere que ya está diciendo mentiras». A su vez él, erre que erre con los platos que había en la mesa. Total, que eso parecía más una reunión de enemigos que de amigos.
Finalmente Chema y Marian no acabaron teniendo un segundo encuentro, como parecía obvio, viendo que no había mucho en común entre ellos, por lo que cada uno eligió su camino, pero por separado, eso si cordialidad no faltó entre ambos. Sobre todo porque defendían que la comida había sido agradable Creo que se habían olvidado de los comentarios realizados de manera individual, con pullas entre ellos.
Francisco García