Preocupación en Noruega por la salud de la reina Sonia, hospitalizada en Oslo

Foto: Jørgen Gomnæs / Corte Real

La monarca de 87 años fue trasladada en helicóptero desde Sikkilsdalen tras presentar dificultades respiratorias, aunque la Casa Real noruega sigue sin ofrecer un parte médico detallado

La Casa Real de Noruega atraviesa un momento crítico. Este lunes 21 de abril, la reina Sonia, de 87 años, fue ingresada de urgencia en el Hospital Universitario de Oslo tras experimentar problemas respiratorios mientras se encontraba de descanso en la Cabaña del Príncipe, en Sikkilsdalen. El traslado se realizó mediante ambulancia aérea y, según fuentes oficiales, la monarca permanece bajo observación médica mientras se le practican diversas pruebas.

“Su Majestad la Reina fue ingresada en el Hospital Nacional para someterse a exámenes debido a una dificultad para respirar”, comunicó el Palacio en una escueta nota difundida a medios.

Hasta el momento, no se ha ofrecido información precisa sobre su estado actual, aunque se espera que en las próximas horas se actualice su evolución clínica.

Historial de intervenciones 

El ingreso de esta semana se suma a un delicado historial médico que la reina ha enfrentado en los últimos años. Apenas han pasado tres meses desde que fue sometida a una operación quirúrgica para implantarle un marcapasos. La intervención tuvo lugar en enero, tras sufrir un episodio de fibrilación auricular durante una visita a Lillehammer. El procedimiento fue exitoso, y Sonia recibió el alta médica después de dos días.

No es la primera vez que la salud cardíaca de la reina preocupa a la ciudadanía. A lo largo de la última década, ha sido atendida en varias ocasiones por dolencias vinculadas a su edad y condición física, lo que ha llevado a la Casa Real a reforzar su protocolo médico preventivo.

La salud del rey Harald también condiciona la agenda oficial

El estado de salud del rey Harald V, de 88 años, tampoco ha sido ajeno a la atención médica. En marzo de este mismo año, el soberano fue operado para la implantación de un marcapasos, después de sufrir una infección durante un viaje a Malasia que derivó en una baja frecuencia cardíaca.

La intervención, realizada también en el Hospital Universitario de Oslo, fue seguida por varios días de hospitalización antes de recibir el alta. Como consecuencia de este episodio y otros antecedentes médicos, el rey ha reducido de forma permanente su actividad institucional.

Mette-Marit, otro frente abierto por motivos de salud

A la preocupación por los reyes se suma la situación de la princesa Mette-Marit, esposa del príncipe heredero Haakon. Desde 2018 convive con una enfermedad crónica: fibrosis pulmonar. En este 2025, su estado se ha agravado, lo que la ha obligado a ajustar su agenda oficial y reducir significativamente su presencia en actos públicos.

La Casa Real ha informado en varias ocasiones que su salud requiere un equilibrio delicado entre tratamiento médico y compromisos institucionales.

Un momento de transición y tensión para la monarquía noruega

El conjunto de problemas de salud que atraviesan varios miembros de la familia real ha generado inquietud entre la ciudadanía noruega. Con el rey y la reina en una situación frágil y la princesa Mette-Marit limitada por su condición pulmonar, el peso de la representación oficial recae con mayor intensidad sobre el príncipe Haakon, heredero al trono.

Mientras se esperan noticias alentadoras sobre la evolución de la reina Sonia, la monarquía noruega se enfrenta a un proceso de adaptación forzado por las circunstancias. La Casa Real ha optado por reconfigurar su calendario de actos públicos, priorizando la salud de sus miembros y la estabilidad institucional.

El país sigue pendiente del próximo comunicado oficial, confiando en que la reina pueda recuperarse pronto y que la familia real supere este periodo de especial vulnerabilidad.