30 años del atentado con un coche bomba contra José María Aznar
La mañana del 19 de abril de 1995 quedó grabada en la historia de España. A las 8:11, en la calle José Silva del madrileño barrio de Ciudad Lineal, explotó un coche bomba justo cuando pasaba el vehículo blindado que transportaba a José María Aznar, líder del Partido Popular y entonces jefe de la oposición.
El artefacto explosivo contenía 40 kilos de amosal —una potente mezcla de nitrato amónico y aluminio— acompañados de otros 40 kilos de tornillería para amplificar el efecto de la explosión. Fue detonado mediante un sistema de cableado de 200 metros, una técnica que recordaba al atentado contra Carrero Blanco en 1973.
Aznar sobrevivió sin heridas graves gracias al blindaje de su Audi, aunque sufrió un corte en la cara. No corrió la misma suerte Margarita González Mansilla, una vecina de 73 años que vivía en un edificio cercano y murió por la onda expansiva. Otras quince personas resultaron heridas, varias de ellas con lesiones de diversa consideración.
Aznar rememora el atentado tres décadas después
En una entrevista con Vozpópuli, José María Aznar confesó que el momento del atentado fue tan inmediato que apenas tuvo tiempo para sentir miedo. “No me dio tiempo a temer por mi vida. Ser consciente de haber sufrido un atentado y darme cuenta de haber sobrevivido fueron uno y el mismo momento”, aseguró.
También reveló que lo primero en lo que pensó fue en su compañero Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA en San Sebastián apenas dos meses antes, en enero de 1995. Para Aznar, aquel atentado supuso un antes y un después en su compromiso político: “Salvar la vida la compromete; se descubre que tiene sentido dedicarla a un propósito más grande que uno mismo”.
Un atentado que reforzó al Partido Popular
El intento de asesinato no solo marcó la vida personal de Aznar, sino que tuvo un impacto directo en el panorama político. El atentado ocurrió a pocas semanas de las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 1995, en las que el Partido Popular obtuvo una victoria contundente.
Ese impulso contribuyó al ascenso definitivo del PP, que un año después ganó las elecciones generales de 1996, llevando a José María Aznar a la presidencia del Gobierno. El atentado, lejos de debilitar su figura, la reforzó ante una ciudadanía que empezaba a reclamar un cambio político.
Además, el ataque se convirtió en un símbolo del desafío democrático frente al terrorismo. Intensificó la lucha institucional contra ETA y fortaleció la coordinación entre cuerpos de seguridad del Estado en los años posteriores.
Memoria de las víctimas
Treinta años después, Madrid no olvida a las víctimas del terrorismo. En 2023, el Ayuntamiento de Madrid colocó una placa en la calle José Silva en memoria de Margarita González Mansilla, la única víctima mortal del atentado, como parte de su programa de reconocimiento a los afectados por la violencia terrorista.
El propio Aznar ha insistido en la necesidad de mantener viva la memoria de las víctimas. “No se puede permitir que se reescriba la historia del terrorismo en España”, ha afirmado en varias ocasiones. Para él, el atentado del 19 de abril no fue solo un intento de asesinato, sino “un ataque directo a la democracia”.
30 años después de aquel atentado frustrado, José María Aznar sigue siendo una de las figuras más relevantes de la política reciente en España. El coche bomba que pretendía silenciar su voz se convirtió en catalizador de un giro electoral, institucional y social.
La explosión en Ciudad Lineal no solo costó una vida inocente, sino que encendió una nueva etapa de rechazo cívico al terrorismo.