¡Hombres de poca fe!
Este martes pasado, parecía que los mercados financieros comenzaban una caída libre. Y todo, coincidiendo con el aniversario del punto de inflexión de las bolsas españolas que, en esa misma jornada del 2009 alcanzó "mínimos históricos". Todos pronosticaban la vuelta a los peores momentos. Los peores augurios.
¡Hombres de poca fe!. Los inversores no entienden de aniversarios ni hacen vudús extraños ni rituales para convertir en oro todo lo que tocan. Están equivocados los que juegan a pronosticar el futuro de la bolsa en base a referencias cuanto menos superficiales, cuando no grotescas.
Los inversores en bolsa se mueven por otros parámetros. La caída de este martes del Ibex, no llegó, siquiera al punto, a pesar de que, a lo largo de la jornada, parecía que se iba a producir, sino una catástrofe, sí un fuerte contratiempo. Las explicaciones hay que buscarlas en el mercado continuo, y algunos movimientos corporativos algo inquietantes, como por ejemplo los protagonizados por SOS, el grupo cuyos gestores parecen incapaces de reconducir la refinanciación de la deuda, o la operación de venta.
Y aunque SOS no esté en el selectivo Ibex, sí lo están los bancos, que, ya se sabe, que cuando surgen contratiempos que tienen que ver con el dinero que prestan, pues acaban por ver cómo el precio de su acción oscila a la baja. Además, algunas informaciones publicadas sobre los blue chips, BBVA, telefónica y Santander, provocaron esa caída.
Una caída que parece haber sido coyuntural. Este miércoles, el Ibex recupera la senda alcista y los 11.000 puntos.
De todas maneras hay que tener en cuenta algo muy importante. Las bolsas europeas están en una situación de volatilidad. Y la española más. Los analistas, y yo coincido con ellos, están convencidos de que estos oscilamientos van a durar hasta que el selectivo no sobrepase la cota de los 11.350. A partir de ahí podremos empezar a hablar de consolidación de las ganancias.