Alegría acusa al PP de utilizar el caso Ábalos como arma política contra ella
Durante el Pleno del Senado celebrado este martes, Pilar Alegría, ministra de Educación y portavoz del Gobierno, se ha enfrentado directamente a las acusaciones sobre su presunta implicación en una fiesta ocurrida en el Parador de Teruel durante la pandemia. Según denunció, esta polémica ha sido alimentada por una campaña orquestada desde el Partido Popular, con epicentro en Aragón, y amplificada a través de redes sociales mediante “bots anónimos”.
Alegría se ha referido a dicha estrategia como una maniobra de descrédito basada en “mentiras”, señalando directamente al PP regional como el punto de partida de lo que calificó como un “ventilador del odio”. Acusó, además, a la dirección nacional del partido, liderada por Alberto Núñez Feijóo, de brindar respaldo tácito a dicha ofensiva.
Pablo Casado, la excepción dentro del Partido Popular
En su intervención, Alegría ha asegurado que ha recibido muestras de apoyo de dirigentes de todas las formaciones políticas, salvo del PP. No obstante, destacó un gesto inesperado: un mensaje del exlíder popular Pablo Casado, a quien describió como “el dirigente del PP al que tiraron por el balcón cuando se atrevió a denunciar la corrupción en la Comunidad de Madrid”.
Este detalle no pasó desapercibido, pues evidencia una fisura interna en el partido y subraya el aislamiento que, a juicio de Alegría, predomina entre los actuales representantes populares frente a este tipo de ataques. “Si ustedes se piensan que con esta campaña tóxica me iban a doblegar es que no me conocen; han dado ustedes con hueso”, sentenció.
Acusaciones, desmentidos y la sombra de Koldo García
La polémica gira en torno a una supuesta celebración “salvaje” en el Parador de Teruel el 15 de septiembre de 2020, en plena pandemia, donde presuntamente habrían participado ella, el exministro José Luis Ábalos y su entonces asesor Koldo García.
La ministra negó tajantemente haber tenido conocimiento de los hechos, asegurando que no existe “ninguna denuncia ni informe” por parte de la Policía ni de la Guardia Civil. Reforzó sus declaraciones señalando que tanto el Ministerio de Transportes como la red de Paradores han ofrecido explicaciones que descartan irregularidades.
El PP insiste en las sospechas y acusa al Gobierno de silenciar testigos
Desde el Partido Popular, la senadora Emma Buj se mostró muy crítica con las explicaciones del Ejecutivo, calificándolas de “erráticas”. Criticó, además, que el comunicado emitido por Paradores tardara una semana en hacerse público y que no negara categóricamente los hechos, escudándose en cláusulas de confidencialidad.
Buj fue más allá y acusó al Gobierno de coaccionar a los trabajadores del establecimiento: “Sólo cuando estuvieron seguros de haber impuesto la ley del silencio lanzaron un comunicado”, afirmó, denunciando que las amenazas de despido no se debieron a mentiras, sino a vulnerar la confidencialidad.
"Mentiras e insidias" contra una figura en ascenso, según la ministra
Alegría cerró su intervención denunciando la “mala fe” con la que, según ella, actúa el PP. En su opinión, no se trata de un intento de esclarecer hechos, sino de un ataque político con un objetivo claro: debilitarla como secretaria general del PSOE en Aragón y frenar su proyección como alternativa a Jorge Azcón.
“Lo curioso”, añadió, “es que conocen cada detalle de unos supuestos hechos de hace cinco años, pero sufren una amnesia colosal cuando se les pregunta por lo ocurrido hace seis meses en Valencia”.