Israel reconoce errores tras matar a paramédicos y personal de la ONU en Gaza
El Ejército israelí justifica la ofensiva contra ambulancias y vehículos civiles en Gaza por una combinación de "mala visibilidad", tensión en el campo de batalla y una percepción errónea de amenaza
El Ejército de Israel ha reconocido oficialmente su responsabilidad en el ataque perpetrado el pasado 23 de marzo en la localidad de Ráfah, al sur de Gaza, en el que fueron abatidos 15 trabajadores humanitarios, entre ellos paramédicos, bomberos y un miembro de la ONU. En un informe militar interno, se atribuyen los disparos a errores de juicio por parte de las tropas desplegadas, agravados por las difíciles condiciones en la zona.
La investigación castrense revela que el convoy atacado estaba integrado por vehículos de la Media Luna Roja Palestina, equipos de Defensa Civil de Gaza y un coche de la ONU. Pese a tratarse de personal de rescate, el Ejército asegura que sus soldados actuaron bajo la impresión de estar frente a milicianos de Hamás.
Tiroteos separados y decisiones precipitadas
Según el documento, los hechos se desencadenaron en tres momentos distintos. Un primer tiroteo se dirigió a lo que los mandos identificaron como “vehículos de Hamás”. Una hora más tarde, se produjo un segundo ataque contra ambulancias y un camión de bomberos que acudían al lugar, considerados erróneamente como parte de la infraestructura de la milicia palestina.
El informe especifica que fue el subcomandante de la brigada responsable quien, al sentirse amenazado, dio la orden de abrir fuego. Solo tras aproximarse a los restos, las tropas comprobaron que en realidad se trataba de vehículos humanitarios.
Tercer error: disparos contra la ONU
Quince minutos después del segundo tiroteo, un tercer ataque alcanzó un coche perteneciente a Naciones Unidas, en el que viajaba un trabajador de la organización que resultó muerto. Esta última ofensiva, según reconoce el Ejército, constituyó una clara “infracción de las órdenes durante un combate”.
El portavoz castrense explicó que en ninguno de los vehículos atacados se encontraron armas, y subrayó que el fuego se desató por una “confusión operativa” y la convicción de estar enfrentándose a una amenaza tangible. Aun así, el informe admite que el tercer disparo fue injustificable desde el punto de vista táctico y de las reglas militares establecidas.
Mala visibilidad y tensión psicológica entre las causas
Durante una comparecencia ante la prensa, el general de división (reservista) Yoav Har Even, responsable de liderar la investigación, señaló que la “visibilidad nocturna extremadamente limitada” influyó en la identificación errónea de los vehículos. Además, aludió al “estado mental” de las tropas como un factor determinante.
“Se halló que, dada la realidad personal de las fuerzas: tiempo de guerra, ambiente hostil (...), actuaron bajo la fuerte impresión de que estaban ante una amenaza inmediata”, explicó Har Even.
“En estas operaciones no tienes tiempo de preguntar. Es cosa del primero en disparar”, añadió.
El tratamiento de los cadáveres y la polémica sobre su ocultación
El Ejército trituró los vehículos por error
Uno de los aspectos más polémicos del caso fue el hecho de que los cuerpos de las víctimas permanecieron en el lugar durante una semana. Organismos humanitarios denunciaron que los hallaron enterrados en arena junto a los vehículos destruidos.
El informe militar justifica que al amanecer del día siguiente se tomó la decisión de recoger y cubrir los cadáveres para evitar más daños, despejar la zona y facilitar el paso de civiles. Sin embargo, el Ejército admite que triturar los vehículos fue una “decisión equivocada”, aunque niega que se tratase de un intento de ocultamiento o de una ejecución. También descarta que los cuerpos estuvieran maniatados.
Destitución y amonestación de un alto mando
El Ejército israelí ha tomado medidas disciplinarias tras la investigación. El subcomandante de la Brigada 14 del Batallón de Reconocimiento Golani ha sido destituido y amonestado por su actuación en el terreno y por haber proporcionado un informe “incompleto e inexacto”.
Si bien el informe no detalla en qué consistió dicha omisión, un portavoz militar reconoció que los soldados alegaron que los vehículos humanitarios no llevaban las luces de emergencia encendidas. Esta versión fue posteriormente desmentida por un vídeo grabado por uno de los paramédicos fallecidos.
Pese a los hechos, el informe destaca la trayectoria del subcomandante sancionado, a quien describe como un “militar muy respetado”, con historial de combate y un fuerte compromiso con su país. El oficial, que había regresado del extranjero tras los ataques de Hamás en octubre de 2023, se reincorporó al servicio después de ser herido en Gaza.