Los ‘rojiblancos’ han acompañado al flamante campeón de la Eurocopa por toda la capital. La comitiva salió del estadio Vicente Calderón hacia las 18.20 horas para culminar frente al dios Neptuno al filo de las 21.30 horas, levantando además una ola de bocinas entre los coches que circulaban junto al autobús del equipo.
El equipo en pleno, acompañados por el presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, el entrenador, Quique Sánchez Flores, y el resto del cuerpo técnico han recorrido en dos autobuses el centro de la capital.
Las camisetas ‘colchoneras’, las bufandas, banderas y grandes carteles que rezaban ‘Supercampeones de Europa’ han teñido de rojo y blanco las calles de la ciudad.
La primera parada fue en la Catedral de la Almudena, donde unos 200 aficionados han visto bajar al campeón, Antonio López, con la Supercopa de Europa antes de entrar en el templo. Allí los tres capitanes han depositado el trofeo a los pies de la Virgen y después todo el equipo ha besado su imagen.
Con más de media hora de retraso han llegado hasta la Puerta del Sol, donde esperaban los aficionados tras las vallas de seguridad para no tener que cortar la calle Mayor.
La presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, no podía dominar su impaciencia, y se asomó al balcón para ver si llegaban los campeones, precedida por un dispositivo de Policía Nacional y Municipal.
Al son del himno atlético, Aguirre y el consejero de Cultura y Deportes, Ignacio González, los han esperado fuera del Palacio de Correos, donde también se encontraban el presidente del COE, Alejandro Blanco, y el presidente de CEIM, Arturo Fernández, que ha indicado a Europa Press que asistía «como amigo de Cerezo y como ‘colchonero'».
Tras saludar al presidente y al capitán atlético, los homenajeados han entrado en la sede del Gobierno regional. Allí, Cerezo a agradecido a toda la afición su apoyo y ha asegurado que si la EuropaLeague fue «buena» la Copa ganada el viernes frente al Inter de Milán es «buenísima».
Además, ha subrayado que «conseguir dos títulos en cuatro meses no es nada fácil» y ha adjudicado todo el «mérito a los jugadores y a los técnicos». «Gracias a su trabajo, esfuerzo y buen hacer hoy podemos disfrutar de haber conseguido un gran título de Europa».
«Lo hemos intentado hacer lo mejor posible y ha salido bien, ha apostillado, asegurando que es un «orgullo» representar a Madrid por todo el mundo. Después, ha recibido de Aguirre una placa conmemorativa y le ha hecho entrega a la presidenta de una camiseta ‘colchonera’ con su nombre en la espalda.
Por su parte, Sánchez Flores ha agradecido el «feeling» que tienen con la afición y que en los momentos difíciles les ha servido de gran ayuda. «Somos conscientes de que trabajamos para una masa social enorme que disfruta, se ilusiona y sueña con lo que hace su equipo, por lo que el nivel de compromiso nos va a llevar a repetir este tipo de éxitos, se ha comprometido.
Gallardón también les agradeció «ganar y ganar como se ha hecho» y ha asegurado que su ejemplo muestra un Madrid «donde el deporte es lucha, sacrificio y compañerismo». Además, les ha augurado una buena temporada liguera, negando la máxima de que esa competición es cosa de dos.
En este sentido, Cerezo ha preferido mantener los pies en la tierra y ha recordado que la Liga es «muy larga» aunque ha reconocido que este año el Atleti tiene «un gran equipo con muy buenos jugadores».
Después, tocaba celebrar con los aproximadamente 2.000 aficionados que llevaban más de dos horas esperando en el Patio de Cristales. Recibidos con el himno compuesto por Joaquín Sabina para el centenario, López se ha marcado unas cuantas rondas de ‘camarero’, aunque el resto de jugadores ha preferido cantar y bailar sin tomar el micrófono, pese a las insistencias de los aficionados, que reclamaban sobre todo a un más que tímido Forlán, a un escurridizo Reyes y a un ausente Kun Agüero.
El fin de fiesta, como no podía ser, se ha celebrado en Neptuno, donde miles de aficionados también aguardaban subidos a marquesinas o quioscos para ver a sus ídolos. Sin embargo, el cansancio allí ya era patente, y tras mostrar la copa, bailar y saltar, y hacer un recorrido alrededor de la vallada y vacía fuente, los jugadores han regresado al autobús para acabar la jornada.
La bufanda al dios protector tendrán que ponérsela en otra ocasión, porque esta vez no ha podido ser, a diferencia de lo que sucedió con el Real Madrid cuando ganó su última liga.