El centro de Madrid revienta. Los aficionados del Athletic de Bilbao se instalan en las calles de la capital llenando el ambiente con sus cantos y gritos. Una marea roji-blanca se divierte entre himnos, banderas y alcohol mientras, más de 2.300 policías y vigilantes de seguridad se preparan para velar por la seguridad en Madrid, donde se sucederán una manifestación de ultraderecha con la final de la Copa del Rey entre el Barça y el Bilbao en el Vicente Calderón.
Está previsto que la manifestación convocada por Falange y la asociación Nudo Patriota Español se celebre desde las 18.30 hasta las 19.30 horas entre las plazas de Alonso Martínez y Chamberí, mientras que el partido se disputará a las 22.00 horas en el estadio Vicente Calderón, situado varios kilómetros al sur, y cuyas puertas abrirán a las 19.00 horas.
La Delegación resolvió que la manifestación se trasladase al día 28 para evitar posibles incidentes, basándose en un informe de la Policía, pero el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) la anuló al considerar que la marcha no supone un peligro «real, claro y concreto».
Tras conocer esta resolución, la Delegación ha coordinado la puesta en marcha de dos operativos especiales de seguridad: uno para el partido conformado por unos 2.300 efectivos, entre policías y vigilantes privados, y otro para la manifestación cuyo número no se ha avanzado, ya que dependerá de las personas congregadas y de su actitud, según explicó ayer la delegada, Cristina Cifuentes.
El mayor contingente del primero de estos dispositivos es de la Policía Nacional, con 1.500 agentes, que incluyen Unidades de Intervención Policial (UIP), caballería, Brigada Móvil, motos, guías caninos, radio patrullas y helicópteros.
Este dispositivo de seguridad no se centrará exclusivamente en el estadio Vicente Calderón y su entorno, antes y después del partido, sino también a las zonas de llegada y estancia en la ciudad, así como a los recorridos de las aficiones hasta el propio estadio.
En total se prevé la llegada de alrededor de 50.000 aficionados de ambos equipos.
De cara a este partido, Renfe ha reforzado sus servicios, ampliando su oferta de plazas desde Barcelona y Bilbao a Madrid con trenes especiales, cuyo regreso se ajustará al horario de finalización del encuentro.
En las líneas de Metro que permitirán el acceso a las cercanías del estadio Vicente Calderón se reforzará la presencia de la seguridad privada y de agentes del Cuerpo Nacional de Policía.
En cuanto al segundo dispositivo, referido a la manifestación ultra, no se ha concretado el número de efectivos que lo integrarán, aunque será el adecuado para «evitar posibles incidentes» de los que alerta un informe de la Policía Nacional en el que se pone de relieve «la existencia de razones fundadas de que pueden producirse alteraciones del orden público, con peligro para personas o bienes».
El jueves se supo que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, no asistirá a la final de la Copa del Rey, tras la polémica que han suscitado sus recientes declaraciones en las que planteaba suspender el partido si las aficiones vasca y catalana «pitan» al príncipe Felipe, a la bandera o al himno español y que dieron pie a numerosas críticas y opiniones, incluso en su partido.
Sí acudirán al partido, acompañando al Príncipe de Asturias, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Educación, José Ignacio Wert, así como los presidentes de los gobierno vasco y catalán
Estrella Digital/EFE