Rafa Nadal estaba eufórico tras ganar su séptimo Roland Garros y no dudó en subirse a la grada desde donde le observaban su familia, equipo, amigos y como no, su novia, Xisca Perelló. Después de celebrarlo con todos ellos por fin accedió a dónde se encontraba Xisca y le dio un beso apasionado que muchos comparan con el de Iker y Sara Carbonero.
Y es que los deportistas son personas con sentimientos igual que todos, y a veces sorprende que viéndoles tan fríos en la cancha, en el terreno de juego o en la pista luego sean capaces de demostrar sus sentimientos a flor de piel delante de quien sea.
La pareja formada por Xisca y Rafa siempre se ha caracterizado por su discreción y su fobia a las cámaras, nunca han dado un escándalo ni se les ha pillado en un renuncio, tampoco suelen hacer muestras de cariño en público y por ello el interés en esta foto recogida por Reuters.
Tras celebrarlo con la grada, Rafa recogió el trofeo y tuvo un recuerdo para toda «su gente». «Muchísimas gracias a todo mi equipo, a la familia y a los amigos. Muchas gracias por todos, sin vosotros esto sería imposible. Muchas gracias porque es increíble estar aquí».
Itziar de la Fuente