Los Juegos Olímpicos de Londres 2012, aquellos que pudieron ser en Madrid, arrancaran oficialmente este viernes con la Ceremonia de Apertura diseñada por Danny Boyle, entre el celo por la seguridad, los problemas de transporte y unas instalaciones vanguardistas, y con la esperanza en lo deportivo de que España se acerque a las prestaciones de Pekín.
Miembros del Ejercito británico, algunos de ellos recién llegados de Afganistán por un problema con una empresa de seguridad privada, sonrientes, pero «armados hasta los dientes», conviven con la familia olímpica y el personal acreditado en el Parque Olímpico.
El ruido de helicópteros no cesa sobre el cielo de los Juegos, como este miércoles por la noche durante el ultimo ensayo general de la Ceremonia de Apertura, el secreto mejor guardado salvo para los miles de londinenses que ya han quedado maravillados por la nueva obra de arte del director de ‘Slumdog Millonaire’.
También habrá que ver quiénes son los protagonistas de los últimos relevos de la antorcha, en especial quién y cómo enciende el pebetero del moderno recinto y que ‘reinará’ en la capital inglesa hasta su apagado el 12 de agosto.
Este celo por la seguridad y lo oculto ha dado lugar incluso al hahstag ‘#savethesurprise’ (‘guarda la sorpresa’) que aparecía continuamente en el marcador del Estadio Olímpico, mientras bailarines y figurantes llenaban un escenario típico de la campiña inglesa y que se mudaba en una factoría de fundición en memoria de la Revolución Industrial.
A la salida del ensayo los cerca de 80.000 londinenses cubrieron con una paciencia espartana los centenares de metros que separaban el Estadio Olímpico, diseñado por la empresa ‘Populous’, que ha participado, entre otros, en proyectos como la Ciudad Deportiva del Real Madrid, de la estación de metro más cercana de Stratford.
Estas aglomeraciones en el suburbano y en las rutas de una ciudad, la mas visitada del mundo, tradicionalmente al borde del colapso, son el peaje que los londinenses deben pagar por unos Juegos que ofrecerán unos beneficios de 26.200 millones de euros para la economía del Reino Unido.
Modernos y ecólogicos
Londres ha cumplido con la premisa del COI de no dejar grandes ‘Elefantes Blancos’ después de los Juegos. El Estadio Olímpico, por ejemplo, podrá rebajar de 80.000 hasta 25.000 asientos su aforo después del evento.
Además, otras instalaciones repartidas por el Parque Olímpico, caso del Centro Acuático, también verá reducida notablemente su capacidad para evitar casos como los de ‘El Nido’ de Pekín, el sorprendente estadio de atletismo con el que China maravilló al mundo y hoy totalmente infrautilizado.
A su lado, el Velodrome o el Pabellón de Baloncesto también impresionan por su diseño. «El Estadio Olímpico y las sedes temporales de Londres 2012, se han integrado en la ciudad y en el contexto urbano para crear una experiencia única para espectadores, visitantes y atletas. Hemos creado un escenario flexible e innovador que dejara imágenes increíbles en la memoria de todos», apunta a Europa Press, la española Patricia Fernández, Manager de Comunicación de Populous.
En ese Estadio Olímpico desfilará el ala-pívot Pau Gasol, el relevo de Rafa Nadal como abanderado de una delegación española que trata de superar el trance de las bajas del tenista de Manacor o del también campeón olímpico Samuel Sánchez y en la que ya nadie se atreve a pronosticar el número de medallas, aunque el deseo es acercarse a los resultados de Pekín y sus 18 medallas, amparados en la fortaleza de los deportes por equipos, figuras como David Cal, la solidez de la sincronizada en busca de hacer historia, o deportes de tradición olímpica como la vela.
Todos ellos querrán codearse con las grandes figuras del deporte mundial, con Usain Bolt, ansioso por repetir la exhibición de hace cuatro años y amenazado por su compatriota y revelación Yohan Blake, Michael Phelps, en busca de otro récord, el de medallas conquistadas en sus últimos Juegos, el ‘Dream Team’ estadounidense o los mejores tenistas del mundo encabezados por Roger Federer.
Al margen de estas ausencias, la delegación española exporta su positivismo con los coloridos polos de ‘Bosco’, que siguen siendo objeto de debate, por las calles de un Londres que parece Madrid, por el calor y los veraneantes que llenan sus terrazas.
Londres tratará de sorprender al mundo con una ceremonia espectacular, llena de reminiscencias a su pasado histórico, deportivo y cultural, en lo que será la tercera vez que organiza los Juegos, la ciudad que en más ocasiones lo ha hecho tras los de 1908 y 1948.
Y también quiere mostrar el carácter más amable de una superpotencia económica y que, como los miles de voluntarios que llenan aeropuertos, estaciones de metro rebosantes o las sedes que muchos de sus compatriotas llenarán de gestas históricas, dibuja la mejor de sus sonrisas. Este, como el ‘hashtag’ de la Apertura, y la seguridad, serán su secreto mejor guardado.