El tenista valenciano Juan Carlos Ferrero anunció este miércoles que pondrá fin a su carrera deportiva tras el Valencia Open 500, con lo que dirá adiós uno de los tres números uno del mundo masculinos, junto a Carlos Moyá y Rafa Nadal, que ha tenido España en este deporte. El de Onteniente, lastrado por multitud de problemas físicos en los últimos años, no juega desde el pasado mes de julio en el torneo de Umag (Croacia) y descendió esta semana hasta el puesto 111 del ranking de la ATP. Finalmente, decidió que será en el Ágora de la capital del Turia, escenario que acoge la cita valenciana en pista cubierta del 20 al 28 de octubre y de la que es uno de los promotores.
«Aprovecho esta rueda de prensa para anunciar que el Valencia Open 500 será mi último torneo como profesional. Este año he jugado buenos partidos, pero no he dado el nivel que me habría gustado y aunque la gente me dice que siga y me apoya, creo que con 32 años es el momento de colgar la raqueta después de 14 años al más alto nivel. He estado mucho años sintiendo el calor de mis ‘fans’ y de la gente», señaló el tenista en la presentación del cuadro para el torneo valenciano.
Además, aseguró que sólo se retira de la competición profesional, ya que seguirá involucrado en el mundo del tenis. «No voy a dejar el tenis, voy a seguir ligado a este maravilloso deporte, a través de mi Academia, de la fundación que lleva mi nombre, en colaboraciones al deporte y seguro que seguiré jugando de forma más relajada», expresó.
Por último, el de Onteniente quiso agradecer a todas las personas que le han ayudado en sus 14 temporadas en lo más alto del tenis, acordándose especialmente de David Ferrer y Nicolás Almagro. «Agradezco a mi padre, a mis hermanas y a toda mi familia que tan importantes han sido en mi vida y mi carrera., Sin ellos habría sido imposible. A Toni (Martínez Cascales), que ha sido muy importante, ha sabido llevarme por el buen camino en todo momento como entrenador y amigo. También a Samuel López, que a tantos lugares me ha acompañado», agradeció Ferrero.
«A mis ‘sponsors’, por confiar en mí, a mis compañeros en el circuito, en especial a los españoles y en concreto a David Ferrer y Nicolás Almagro, con los que he convivido muy buenos momentos. A la prensa que siempre me ha tratado muy bien. Por último a la gente de mi academia y a mis amigos que siempre han estado ahí», concluyó.
Un Roland Garros, dos Copas Davis y cuatro Master Series
El ‘Mosquito’ fue uno de los mejores tenistas españoles de finales de la década de los 90 y principios del siglo XXI, conquistando Roland Garros ante el holandés Martin Verkerk en 2003, año en el que, tras alcanzar la final del Abierto de los Estados Unidos, se situó como número uno del mundo, puesto que ocupó durante dos meses.
Además, ganó un total de 16 torneos de la ATP, de los que destacan los Masters Series de Montecarlo (2002 y 2003), Madrid (2003) y Roma (2001), y también fue finalista en París en 2002, cayendo ante Albert Costa, y de la Copa de Maestros de ese mismo año, perdiendo con el australiano Lleyton Hewitt.
Pero sin duda, una de las imágenes por las que más será recordado Ferrero, será la que dejó en el Palau Sant Jordi de Barcelona, un ‘passing-shot’ con el que desbordó a Hewitt y significó el punto decisivo para que España ganase su primera Copa Davis en el año 2000. En 2004, en Sevilla y con un papel menos protagonista, se llevó su segunda Ensaladera, ante los Estados Unidos, formando el doble con Tommy Robredo.
Estrella Digital/EP