El tenista español Juan Carlos Ferrero quiso agradecer a todo el mundo el cariño que le ha brindado en sus más de 14 años de carrera profesional tras caer ante Nicolás Almagro en la primera ronda del Open de Valencia, la que ha sido su despedida de las pistas de tenis.
«Mañana voy a tener que hablar otra vez y no me gustaría repetirme. Quiero daros las gracias a todos por el cariño que he sentido. Pero no sólo hoy, ha sido muy especial para mí, también por este torneo» dijo Ferrero sobre la azulada pista del ‘Ágora’, donde no se olvidó de su equipo.
«A todos ellos, a mi equipo que siempre ha estado ahí», añadió el de Onteniente, que se va con un Grand Slam en su palmarés y 4 Masters 1000, además de tres Copa Davis. Ferrero, por su parte, repasó su último duelo ante Almagro, con quien cayó por 7-5 y 6-3. «He jugado bastante regular, pero no lo esperaba tan siquiera», dijo.
«Era un partido fácil para él, pero yo le he visto un poco incómodo. Yo salí lo más relajado posible, me encontré bastante bien y en el segundo set estuve un pelín mejor. Sin embargo, él está en muy buena forma y acabó pegando muy buenos golpes», comentó.
Por último, Ferrero –que mantiene una buena amistad con Almagro– explicó qué ocurrirá con su futuro, que continuará ligado al tenis. «Ya es muy bueno de por sí. Ser 11 o 12 del mundo es por algo. Yo quiero apoyarle y dar ese pequeño plus. Si eso lo consigo acompañándolo ojalá sea así y disfrutemos los dos», concluyó.
Palmarés
Ferrero fue uno de los mejores tenistas españoles de finales de la década de los 90 y principios del siglo XXI, conquistando Roland Garros ante el holandés Martin Verkerk en 2003, año en el que, tras alcanzar la final del Abierto de los Estados Unidos, se situó como número uno del mundo, puesto que ocupó durante dos meses.
Además, ganó un total de 16 torneos de la ATP, de los que destacan los Masters Series de Montecarlo (2002 y 2003), Madrid (2003) y Roma (2001), y también fue finalista en París en 2002, cayendo ante Albert Costa, y de la Copa de Maestros de ese mismo año, perdiendo con el australiano Lleyton Hewitt.
Pero sin duda, una de las imágenes por las que más será recordado Ferrero, será la que dejó en el Palau Sant Jordi de Barcelona, un ‘passing-shot’ con el que desbordó a Hewitt y significó el punto decisivo para que España ganase su primera Copa Davis en el año 2000, en aquella final en la que Rafa Nadal ejerció de recogepelotas.
En 2004, en Sevilla y con un papel menos protagonista, se llevó su segunda Ensaladera, ante los Estados Unidos, formando el doble con Tommy Robredo; mientras que en 2009 –pese a que no disputó la final– fue clave en cuartos y en semifinales, donde dio el segundo punto a la ‘Armada’.
Estrella Digital/EP