El Barcelona venció este domingo al Atlético Madrid (1-2) en el Vicente Calderón, en el partido correspondiente a la trigésimo quinta jornada de la Liga BBVA, para celebrar con otros tres puntos el 22º título y poder llegar a los 100, minando la confianza del conjunto rojiblanco con vistas a la final de Copa del Rey del próximo viernes en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid.
El equipo dirigido por Tito Vilanova sumó la segunda victoria consecutiva en el campeonato después de vencer al Betis la pasada jornada en el Camp Nou. Por su parte, los de Diego Pablo ‘Cholo’ Simeone acumulan tres jornadas sin conocer la victoria aunque tienen más que asegurado el tercer puesto que le da derecho a jugar la próxima edición de la ‘Champions’
Capitaneado por Messi, el conjunto blaugrana saltó al césped con los galones de campeón y con el ímpetu de seguir la estela del triunfo. Enfrente, un Atlético peleón y que reservaba a Filipe Luis y a Diego Costa con vista a la cita copera. Después de un inicio de tanteo, el Barcelona amarró el balón para encargarse de anestesiar al rival a base de posesiones largas y circulaciones entre líneas.
Mientras tanto, al Atlético le bastaba cualquier despiste culé para armar la contra y presentarse en frenesí en la meta de Pinto. Pero lejos del intento, faltaba lucidez y atino en los últimos metros. Por su parte, los de Tito Vilanova merodeaban el área de Courtois con rigor pero sin apenas explosividad. Aunque con la creatividad inagotable de Iniesta y la chispa de Tello, los visitantes necesitaban poco para inquietar a la zaga rojiblanca.
Salvo aislados destellos, el partido era plomizo y poco eléctrico. Aun así, Falcao se encargó de dar el primer aviso en el minuto 20 con un disparo lejano pero con escasa potencia sobre la meta catalana. Del Barcelona había pocas noticias en ataque, salvo alguna diablura de Tello por banda. Al duelo le faltaba intensidad, ritmo y más acercamiento a las áreas. Por momentos, parecía existir un pacto de no agresión entre dos conjuntos con pocas exigencias y con los deberes hechos.
A doce minutos para el descanso, era el Atlético el que asfixiaba al contrario y el que ponía el empeño entre tanto desconcierto. Con Xavi en el banquillo, el conjunto blaugrana perdía desparpajo y creatividad en la zona medular del terreno de juego. Para colmo, Alves se retiraba lesionado. Sobre el terreno de juego, no había noticias ni de Cesc ni de Alexis. Pero con el tiempo cumplido, un disparo ajustado al palo izquierdo de Tello hizo saltar las alarmas en la portería de Coutoris antes de descanso. Para fortuna rojiblanca, no vio portería por centímetros.
Alexis inició la remontada
Tras el parón, el primer revés del guión lo protagonizó Falcao. Después de un desajuste defensivo en la zaga culé, Gabi recuperó el esférico y se lo cedió desde el suelo al colombiano para que anotara su vigésimo noveno tanto en el campeonato. Era el premio al inconformismo colchonero, al menos más insistente que el de un rival opaco por momentos. Desconcertado, el Barcelona estaba obligado a remar contracorriente. Delante, un Atlético desbocado y con ganas de ampliar la renta.
Sin mordiente, Vilanova dio entrada a Busquets y a Villa. Con un conjunto blaugrana apagado, el técnico buscaba revitalizar a los suyos. Por su parte, Simeone optaba por dar descanso a Falcao con la mente puesta en el Real Madrid. Antes se había marchado Arda, puro nervio en un enfrentamiento de tanta envergadura. Por detrás en el marcador, el Barcelona apretó el acelerador con el objetivo de firmar las tablas. Con Messi renqueante, el argentino decidió darse descanso y salir del terreno de juego. Sin el argentino, tuvo que aparecer Alexis para establecer el empate (1-1) tras una conexión letal con Cesc.
En plena vorágine, los visitantes se crecieron con uno menos. Era un equipo más enérgico y con mayor iniciativa ante un Atlético que le confió minutos a su joven talento Óliver Torres en la recta final. Muestra del arrojo barcelonista, Tello inició una jugada vertiginosa por la izquierda y tras un centro que remató Villa como bien pudo, Gabi introducía el balón en su propia portería (1-2). Era el gol de la victoria para el Barcelona y la puntilla de un Atlético que lo intentó hasta el pitido final. Victoria en el Calderón para celebrar el título que cayó el sábado sin jugar después del empate del Real Madrid ante el Espanyol.
Estrella Digital/EP