El Real Madrid ha empezado la temporada sin rumbo. El equipo de Ancelotti tiene un fútbol previsible y ni siquiera Isco consigue desatascarlo. Por eso, como es costumbre en la directiva que preside Florentino Pérez, ya piensan en un fichaje que revolucione el mercado que viene.
Las ganas de ser noticia en verano crean en el equipo una inestabilidad innecesaria que hace que el equipo nunca se asiente, pero parece que el marketing está por encima de todo. Pocos entienden la llegada de Bale cuando significó la salida de Mesut Özil, aunque el técnico italiano lo intente justificar y siga orgulloso de su decisión, pese a los despropósitos vistos frente Atlético y Levante.
«No me arrepiento de dejar salir a Ozil. Estoy muy contento con la plantilla. No necesitaba a Ozil, porque estamos marcando muchos goles, en Champions y Liga. El problema en el derbi fue el equilibrio, pero hemos marcado muchos goles. El problema no es delante, sino atrás», analizó el ex del Milan la pasada semana.
Un análisis acertado en parte porque el Madrid no tuvo ningún orden en el primer partido serio que se encontró esta temporada, pero insuficiente porque tampoco tuvo ideas cuando el rival le cedió la iniciativa. También sería erróneo pensar que todo es culpa de la marcha de Özil porque el germano aportaba mucha luz en ocasiones, aunque otros días desaparecía. Además, el problema de este equipo está más en el conjunto que en las individualidades, que es difícil que brillen en medio de la nada.
Por eso, en la búsqueda de la creatividad, la directiva blanca piensa que lo mejor es contratar a David Silva, un viejo sueño del pasado que se luce en Inglaterra. Según Daily Star, el Real Madrid quiere que Silva sea el galáctico de 2014. Pondría sobre la mesa 60 millones, mientras el jugador pondría de su parte para regresar a España.
El canario renovó su contrato hasta 2018, pero según este medio no se encuentra muy contento en la Premier. Salió del Valencia en el verano de 2010 por 29 millones y desde entonces se ha hecho un fijo en las alineaciones de los Citizens por lo que su salida no se antoja fácil. Sin embargo, los precedentes en los fichajes del club de Concha Espina y el extraño funcionamiento del Manchester City hace que todo sea posible.
Los ingleses tienen varios jugadores en todas las posiciones, aunque Silva es difícil de sustituir, y también les gusta tirar la casa por la ventana todos los veranos en búsqueda de nombres, más que de jugadores que ocupen posiciones peor cubiertas. Habrá que ver cuál es la influencia de Pellegrini a la larga.