El presidente de Rusia, Vladimir Putin, trató de calmar las críticas por el trato a la comunidad gay de su país en la visita de inspección que recibió este lunes del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, asegurando que todas las personas serán bienvenidas en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014.
«Estamos haciendo todo lo posible, tanto los organizadores como los atletas y aficionados, para que los participantes y los invitados se sientan cómodos en Sochi, independientemente de su nacionalidad, raza u orientación sexual», dijo Putin a Bach en un comentario inesperado.
Tras recibir airadas críticas de Occidente e incluso amenazas de boicotear los Juegos de Sochi, Rusia adoptó el pasado junio una prohibición de ‘propaganda’ de la homosexualidad entre los menores, una ley denunciada como discriminatoria y dirigida a reprimir la disidencia.
Sin embargo, Putin aseguró que no existe tal discriminación contra los homosexuales en Rusia, ya que se despenalizó la homosexualidad en 1993. Pero los homosexuales culpan a menudo al presidente ruso de fomentar cada vez más estrechos lazos de la Iglesia Ortodoxa con el Kremlin durante sus 13 años de régimen.
Por su parte, Bach elogió los preparativos de Rusia para los Juegos de Sochi, donde gastarán más de 36 millones de euros para mostrar la cara moderna del país dos décadas después de la caída de la URSS. «Tenemos plena confianza en que los Juegos serán un magnífico nivel», dijo Bach.
«Sochi y toda la región completaron un desarrollo muy grande, exitoso y estoy profundamente impresionado por este cambio», dijo el presidente del COI en un fluido alemán.