El piloto español Maverick Viñales (KTM) se ha proclamado campeón del mundo después de vencer el Gran Premio de la Comunidad Valenciana, en un emocionante final de carrera en el que segundo ha sido el alemán Jonas Folger (Kalex KTM) y tercero el otro piloto que optó al mundial hasta el último giro, Alex Rins (KTM); el mano a mano no fue un combate entre tres porque Luis Salom (KTM) se cayó a diez vueltas del final y solo pudo ser decimocuarto. De esta manera, Viñales, que ha conseguido en Valencia su tercera victoria de la temporada, se ha proclamado campeón del mundo con 323 puntos, 11 más que los que ha conseguido Rins y 21 más que los que ha sumado el mallorquín Luis Salom.
Se esperaba tensión hasta el final y la carrera de Cheste no defraudó a nadie. Hasta la última curva, literalmente, no se ha decidido la victoria final. A ella, Viñales entró primero pero en mitad del largo curvón Rins le metió la rueda al piloto catalán, llegando unos instantes a ser primero. Los dos pilotos incluso llegaron a tocarse, como reconoció Viñales más tarde.
Finalmente, el piloto del Estrella Galicia 0,0 se fue largo y el que cruzó la meta primero fue Viñales. Rins incluso se vio superado por Folger, pero al de Barcelona ya le daba igual ser segundo o tercero. Solo le valía la victoria. Con 17 años, a Rins le quedarán aún muchas oportunidades para ser campeón del mundo. Talento le sobra.
Pero este domingo es el día de Maverick Viñales. El piloto del Team Calvo, que estrenó mayoría de edad el pasado mes de junio, ha sido quizá el más calculador de los tres pilotos que se han estado jugando el Mundial desde el pasado mes de abril. Este hecho lo contrastan dos datos: Viñales ha sido el que menos carreras ha ganado del trío que tenía opciones al título, pero también ha sido el único que ha puntuado en todas las carreras, quedándose solo dos veces fuera del podio.
Y Maverick tenía su estrategia para la carrera de este sábado. Tirar desde el principio para que el grupo lo formara el menor número de pilotos posible. A priori, lo idóneo para los tres candidatos al título era irse los tres solos, pero Folger y el australiano Jack Miller se unieron a la fiesta. Es cierto que no se metieron en la pelea en casi ningún momento, pero fueron un elemento inesperado.
Salom, el primer descartado
En una especie de calma tensa, con Viñales liderando casi todo el tiempo, viajaba la carrera hasta la vuelta número 14. Ahí empezó a decidirse el Mundial. El primero en perder sus opciones fue Salom. Al mallorquín se le fue la rueda delantera en una de las primeras curvas del circuito Ricardo Tormo y ahí finalizó su lucha por el Mundial.
Lo de Salom ha parecido simplemente cosa del destino. Tres caídas en los dos últimos Grandes Premios le han privado de ser campeón. Para el recuerdo del mallorquín quedará un inicio de campeonato incontestable y el honor de finalizar este histórico mundial con más victorias que nadie, siete. El año que viene dará el salto a Moto2, en una categoría donde el cuerpo a cuerpo sigue contando considerablemente. Y a Salom le sobra coraje.
Con el ‘mexicano’ fuera, el título fue una cosa de dos. Aunque la carrera, en principio, todavía de cuatro. La caída de Miller lo dejó en tres y entonces Folger comprendió que aquella no era su guerra. Se quedó expectante y solo iba a tratar de aprovechar errores para hacer el mejor resultado posible.
Así se llegó a la última vuelta, un último giro en el que Viñales y Rins se adelantaron varias veces hasta llegar a la última curva. Fue esa la que glorificó el subcampeonato de Rins pero, sobre todo, la que metió de lleno en la historia del motociclismo a Maverick Viñales en un mundial extraordinario.