El tenista español David Ferrer ha protagonizado la gran sorpresa del Masters 1.000 de Montecarlo al eliminar en los cuartos de final a Rafa Nadal (7-6(1), 6-4), cerrando una década de sinsabores contra su compatriota sobre tierra batida para acceder a las semifinales, donde jugará contra el suizo Stanislas Wawrinka.
Desde los cuartos de final de Stuttgart 2004, cuando Ferrer se impuso al vigente número uno mundial, cada encuentro sobre polvo de ladrillo con Nadal se había convertido en una tortura para el alicantino. En total, 17 derrotas seguidas, incluidas tres en Montecarlo en los años 2011 (final), 2010 (semifinal) y 2008 (cuartos) o la final de Roland garros del año pasado.
Pero la 'maldición' concluyó este viernes en un día nublado en Montecarlo, donde Nadal no logró encontrarse cómodo en ningún momento y acumuló errores no forzados hasta alcanzar los 44. Desbancado el año pasado en la final por Novak Djokovic después de ocho títulos consecutivos, el manacorí tendrá que seguir esperando para recuperar su trofeo favorito.
En el primer set, ningún jugador alcanzó el 60 por ciento de primer servicio y la acción se alargó en largos intercambios de golpes que alcanzaron su cima en el tercer juego, cuando se disputaron 23 puntos hasta que Nadal sumó su primer 'break'. Después de cuatro roturas de servicio en los cinco primero juegos, el partido se estabilizó hasta el 'tie-break', donde 'Ferru' apabulló a su compatriota (7-1) y cerró el parcial después de una hora y 25 minutos.
El público monegasco esperaba la reacción del primer cabeza de serie en la segunda manga, pero Nadal siguió errático y lento de piernas frente a un rival que se lo iba creyendo con el paso de los minutos (3-1). El segundo 'break' situaba al alicantino con un inmejorable 5-2 y saque que aprovechó pese al intento final de Nadal (5-4), quien esta vez no pudo ensayar una de sus habituales remontadas.
Wawrinka espera tras superar a Raonic
Después de 2 horas y 13 minutos de 'batalla', Ferrer buscará este sábado la segunda final de su carrera en el Principado, para lo cual deberá superar al último ganador del Abierto de Australia, con quien tiene un balance positivo de 7-5 en el circuito ATP.
Wawrinka logró su pase a las semifinales tras deshacerse de un Raonic que solo opuso resistencia en la primera manga. El jugador helvético se mostró muy sólido al servicio, hasta el punto de no ceder ni una bola de 'break' en todo el partido, y tiró de experiencia para sobrevivir cuando se vio contra las cuerdas.
En el 'tie-break' de la primera manga, el canadiense llegó a dominar por 3-5, pero perdió los cuatro siguientes puntos y la oportunidad de ponerse por delante. Wawrinka abrió el segundo set con el primer 'break' del partido y ya no dejó escapar la ventaja, rematando a su adversario con otra rotura en el séptimo juego.