El Valladolid regresa a Segunda División tras perder en el último partido (0-1) frente al Granada en un partido en el que no dio sensación de poder marcar aunque el partido hubiese durado toda la tarde. Los de JIM acompañan a Betis y Osasuna a la división de plata, después de un año en el que amargaron fines de semana a Barça y Real Madrid. Pero el equipo no estuvo a la altura esta jornada, como en otros partidos de 'su Liga', aunque la victoria tampoco les hubiese servido para mantener la categora.
El Granada sí se mantendrá porque mostró mucho más oficio que su rival de esta tarde y tiene un equipo digno de Primera. La suerte tampoco acompañó a los vallisoletanos ya que perdieron por culpa de un gol en propia puerta y crearon más ocasiones que sus rivales. El largo descanso tampoco favoreció al Real Valladolid.
JIM decidió jugarse el todo por el todo en un partido en el que estaba obligado a ganar con su once más habitual en las últimas jornadas, con Jeffren como extremo izquierdo. Por su parte, Alcaraz también puso a sus hombres de confianza con Piti atacando por la izquierda, con Mainz supliendo la baja de Murillo y con un excelente Recio en el centro del campo.
El Valladolid entró enchufado al campo, pero poco a poco se fue viniendo abajo en la primera mitad. Javi Guerra falló un mano a mano frente a Roberto en los primeros minutos porque se quedó sin campo y remató al lateral de la red. Después, Jeffren puso a prueba desde lejos al portero de Granada, que detuvo el duro remate en dos tiempos. Sin embargo, el ímpetu de los de Pucela no dio para más.
El Granada consiguió su objetivo, que no era otro que dormir el partido para que no pasasen demasiadas cosas. El fútbol y las ocasiones escaseaban al mismo tiempo que Osasuna se adelantaba en el marcador y el partido en Pamplona se detenía.
El Granada marcó en una jugada aislada
Jaime era un simple espectador, pero daba la sensación de que el Granada mantenía más la calma. Al Valladolid parecía no ayudarle jugar delante de su público y la desgracia finalmente terminó de cebarse con el equipo castellano. En una jugada ensayada a balón parado, Piti llegó a línea de fondo, pasó atrás y Mitrovic introdujo el balón en su propia portería.
Definitivamente, la suerte este domingo no estaba del lado pucelano, puesto que minutos antes Nyom despejó mal un centro al área, pero en ese caso el balón salió fuera. Además, el golpe llegó justo antes de uno de los descansos más largos que se recuerdan, donde los jugadores del Valladolid tuvieron tiempo para comerse la cabeza.
Osasuna marcó su segundo gol y tras la reanudación los blanquivioletas sabían que necesitaban un milagro, puesto que el Getafe también iba ganando. Por eso, al Valladolid solo le quedaba agarrarse a un clavo ardiendo, aunque al comienzo de la segunda mitad las oportunidades tampoco terminaban de llegar. Ante esto, JIM prefirió apostar por el fútbol directo, sacó del campo a sus dos jugadores de banda y puso a Manucho y a Osorio.
En cualquier caso, los minutos pasaban y Roberto tenía motivos para estar muy tranquilo. Álvaro Rubio creció y empezó a meter buenos balones a la espalda de la defensa, pero ni Manucho ni un incansable Javi Guerra conseguían conectar remates nítidos, mientras que el pesimismo se apoderaba de la grada.
De hecho, el peligro de la contra era más que evidente. Brahimi estrelló el balón contra Jaime en un jugadón con ruleta incluida en el que consiguió plantarse solo contra el portero y con opciones también para asistir a Ighalo. Con esto, se llegaron a los últimos minutos del encuentro y el Valladolid perdió completamente la fe en sus posibilidades. El partido terminó con el Granada perdiendo tiempo y con un gol del Getafe que se volvió a poner por delante tras el empate del Rayo. La resignación llegó a la grada, que era consciente de que su equipo regresaba a Segunda, tras dos temporadas en la elite.