sábado, noviembre 23, 2024
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28 años del supercampeón todoterreno que pudo ser y no fue

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Rafael Nadal está acostumbrado a celebrar su cumpleaños en París, una ciudad en la que le encanta soplar las velas. Desde 2005, el balear no ha faltado a su cita con Roland Garros, aunque en el 2009 Robin Soderling ya le había eliminado antes de su cumpleaños.

Nadal llega a su madurez con muchos éxitos a sus espaldas. Sin lugar a dudas, haga lo que haga en el futuro, pasará a la historia como el mejor tenista de la historia en tierra batida. Además, para muchos ya es el mejor de la historia de este deporte en cualquier superficie. Sin ir más lejos, Andrea Agassi le colocó como el número uno de todos los tiempos porque jugó “en la época dorada del tenis y fue el mejor”, mientras que Federer lo hizo muchas veces solo.

Sin lesiones, tampoco hubiera tenido rival en pista dura

Sin embargo, el de Manacor todavía se tiene que ganar el reconocimiento unánime de parte de la crítica. Muchos todavía le colocan por debajo de otras leyendas porque sus resultados lejos de la arcilla nunca fueron tan buenos. Nadal ha ganado ocho Roland Garros y ‘solo’ cinco torneos del Grand Slam en otras pistas, mientras que ‘solo’ 8 de sus 27 Masters 1.000 fueron en pista dura.

Por eso, a Nadal siempre le han acusado de ser un tenista que se limita a devolver las bolas que le llegan y que se defiende como nadie. Sus críticos le acusan de no arriesgar y no se dan cuenta de que muchos de sus golpes quedarán en la memoria de los aficionados de todo el mundo para siempre. Los excepcionales passing shots que deja en cada torneo están al alcance de muy pocos.

Asimismo, siempre se han levantado falsos mitos en torno a él. “No gana en pista dura porque no sabe sacar”, dicen algunos que no han seguido demasiado a Rafa a lo largo de su carrera. El actual número uno del mundo no era un sacador nato, pero con el tiempo se ha hecho fuerte en este apartado. Su servicio de zurdo crea muchos problemas a sus rivales porque varía las alturas como nadie y además, entrenando unos meses al año especialmente este aspecto, consiguió que su velocidad de saque mejorará considerablemente en los torneos donde ese aspecto es vital.

La maldición de Paris y el ‘Torneo de Maestros’

Eso ocurrió ya hace más de tres años, pero el problema es que cuando Nadal no está al 100% físicamente ese aspecto de su juego se resiente especialmente. Ahora no está fino de la espalda y sus rodillas siempre han sido sus talón de Aquiles. Además, sus rodillas también sufren más en pista dura en los apoyos y llegan mucho más castigadas a esa parte del calendario. Nadal siempre ha concentrado sus esfuerzos en la tierra y su físico se ha resentido considerablemente después de Roland Garros.

Tal vez, su sed de victorias no le ha favorecido mucho. Nunca renuncia a un torneo hasta que no está en las últimas, pero todos saben que a medida que juega más torneos seguidos su tenis se resiente. Sus reapariciones casi siempre son meteóricas porque su mente se engancha rápidamente el tiempo que su cuerpo se lo permite. La prueba de todo esto es que Nadal solo ha podido jugar en París-Bercy, el último Masters 1.000 de la temporada, en cuatro ocasiones y nunca ha ganado el ‘Torneo de Maestros’ no solo porque la superficie no es la mejor para sus características, también porque a esas alturas siempre está muy castigado. 

Sin su mentalidad ganadora, otro hubiera tirado la toalla

Por otra parte, Nadal nunca ha sido de buscar excusas. Suele ser de los que no se deja ni un gramo de fuerza dentro cuando está en la pista y felicita al campeón siempre que sale superado. Pero él también es consciente de que solo las lesiones han permitido que su figura no sea todavía más gigantesca: “En estos últimos ocho años, con todo lo que he conseguido, que es mucho más de lo que hubiera soñado o esperado, también es verdad que soy el jugador que más oportunidades se ha perdido por lesiones de todos mis rivales directos”, dijo el mes pasado.

Con todo esto, se puede concluir que Nadal sería una leyenda inalcanzable para todos los mortales si las lesiones le hubiesen respetado solo un poquito más. Aún así Rafa Nadal vence en el cara a cara a todos sus rivales (con el permiso de Davydenko) y eso no es casualidad. En el caso de Federer se resume fácilmente. Muchos apostarán por la elegancia del suizo, pero con un estilo más rocoso Nadal le ha conseguido vencer en 23 ocasiones y solo ha perdido una decena de partidos. Y no es casualidad, es que siempre se enfrentaban en las finales o últimas rondas, cuando Nadal está más en forma, y ahí el jugador con más potencial de la historia es imparable. En cualquier caso, lo mejor es que hay Nadal para rato y quedan muchos triunfos por venir.

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