Si Brasil no jugase en casa, aparecería en pocas quinielas para ganar el Mundial. El equipo de Scolari asombró al mundo en la Copa Confederaciones, pero desde entonces las apariciones de sus jugadores en sus clubes no han sido todo lo brillantes que se esperaba.
El gran talón de Aquiles de este equipo es, sin duda alguna, la creación en el centro del campo. Ni Luiz Gustavo, ni Oscar, ni Paulinho han hecho una temporada deslumbrante en sus equipos y eso les puede perjudicar ante selecciones 'menores' de Sudamérica. A España le apabullaron a base de ritmo, físico y presión, pero habrá que ver si son capaces de enfrentarse a equipos que propongan otro tipo de juego. Aquel día Del Bosque se estrelló al alinear a Busquets como único pivote ante la ausencia del lesionado Xabi, pero no todos los equipos cometerán el mismo error contra los anfitriones. La Confederaciones está bien, pero un Mundial es otra cosa.
Además, Paulinho, la estrella del año pasado (con el permiso de Neymar), ha bajado mucho el nivel al dar el salto a Europa, algo parecido de lo que le sucedió al azulgrana. El delantero del que depende gran parte del éxito de su selección no ha sabido rendir ante los mejores jugadores del mundo como lo hacía en su país. Sin embargo, el punto positivo de la canarinha es que parece que todos se transforman cuando visten esa camiseta. Todos juegan mejor con su selección que con sus equipos y el compromiso del grupo siempre es máximo.
Si Brasil pierde el caos en el país puede ser todavía mayor
Asimismo, con el permiso de 'la Roja', la anfitriona tiene la mejor pareja de centrales del campeonato y ese es su auténtico punto fuerte, aunque Alves y Marcelo hayan flojeado de lo lindo a final de campaña. A Brasil se le ataca por los costados, (en parte porque Scolari se dejó en la orilla del Manzares al mejor lateral que tiene) pero España no tiene bandas y Croacia juega con segundos puntas reconvertidos en esa zona. La importancia de los laterales en el apartado ofensivo puede ser capital a la hora de buscarle la espalda a Brasil.
Por otra parte, Fred se salió en la Confederaciones, pero parece muy difícil que repita el mismo éxito porque es el peor punta titular que ha tenido Brasil en décadas. Hulk y Neymar tendrán que aportar muchos goles si quieren que el sueño de Maracaná se cumpla. En caso contrario, la tragedia puede ser de las grandes. Una mayoría muy amplia de los brasileños piensa que su selección ganará el Mundial. El fútbol es una religión en el país anfitrión y por eso muchos prefieren dejar las protestas, ya de por sí multitudinarias, para otro momento, pero si Brasil pierde el caos puede ser todavía mayor. Los brasileños tienen fe ciega en los suyos, pero lo cierto es que se plantea un Mundial sin un claro favorito.
Por eso mismo, no sería descabellado pensar en un triunfo de Croacia en el partido inaugural, aunque el juego de los balcánicos no es el que peor le viene a los locales. Con Rakitic y Modric, los de Kovac apuestan claramente por el toque, aunque los dos son más todoterreno de lo que parecen. Por lo demás, esta selección cuenta con varios veteranos de Vietnam en sus filas y no termina de encontrar el cambio generacional en algunas zonas. Pletikosa, Srna, Pranjic, Eduardo y Olic pasan de la treintena. Sin embargo, el interista Kovacic está llamado a ser la revelación de este grupo con tan solo 20 años.
El juego de Croacia no es de los que más incomoda a la canarinha
Asimismo, el gran problema para Kovac será encontrarle un sustituto a Mandzukic para el primer encuentro, ya que el goleador estará sancionado. Además, el seleccionador croata tendrá que decidir entre la experiencia de Pletikosa y el buen hacer de Subasic en el Mónaco para ver quién estará bajo palos; un bendito dilema que ya querría tener Scolari, que contará con un Julio César venido a menos en una posición clave.
Habrá que ver si pesa más la condición de anfitrión o la calidad futbolística, pero Brasil es menos favorita de lo que parece. En cualquier caso, si consigue imponerse, quedará más claro que el Barça infrautilizó a Neymar para tener contento a Messi y que cometió un grave error.