La selección española de baloncesto abrirá este sábado la participación en 'su' Copa del Mundo con un compromiso teóricamente cómodo ante Irán (22.00/Cuatro), primer obstáculo en un camino que la anfitriona desea extender a nueve partidos, llegando hasta la final soñada del 14 de septiembre que le permita aspirar a su segundo título mundial.
El Palacio Municipal de Deportes de Granada, donde España disputará los cinco partidos que componen la primera fase, asistirá al debut de una de las selecciones unánimemente señaladas al triunfo con permiso de Estados Unidos, que comenzará su periplo en la otra punta de España, Bilbao, con su duelo ante Finlandia.
El equipo bajo el mando de Juan Antonio Orenga ha completado una gira de preparación impecable, con ocho triunfos en otros tantos partidos y la guinda de apalizar a un rival poderoso como Argentina en su último amistoso a seis días del debut oficial.
En aquel partido disputado en el Palacio de los Deportes de Madrid, sede de la final de la Copa del Mundo, Orenga reservó a los 'tocados' Rudy Fernández, Álex Abrines y Felipe Reyes. Los dos aleros están plenamente recuperados para el choque de este sábado, mientras que la presencia del capitán del Real Madrid será duda hasta el partido, ya que el técnico español apuntó que observarán su evolución y decidirán en consecuencia.
En cualquier caso, España dispone de potencial sobrado para solventar sin problemas su duelo ante Irán, uno de los rivales más débiles de este grupo A junto con Egipto. En su segunda Copa del Mundo de su historia, cuatro años después de finalizar en la decimonovena posición en Turquía, su objetivo inicial es evitar el último puesto.
El vigente campeón de Asia tiene como líder indiscutible sobre la cancha a Hamed Haddadi, primer jugador iraní en la historia de la NBA que compartió vestuario con Marc Gasol en los Memphis Grizzlies. Durante sus amistosos de agosto, Irán dio la cara ante Eslovenia (69-77) y Lituania (67-80), pero cerró su preparación con una abultada derrota ante Brasil (52-92).