La estadounidense Serena Williams, número uno del mundo, ha conquistado este domingo su quinto título de las Finales WTA, que se han celebrado esta semana en Singapur, tras vencer en el duelo definitivo a la rumana Simona Halep (6-3, 6-0).
De esta manera, la norteamericana -sólo superada en galardones en este torneo por Martina Navratilova, con tres más- logró su tercer título consecutivo en las finales de la WTA, el quinto en cuatro ciudades diferentes: Múnich, Doha, Estambul y Singapur.
Además, la pequeña de las Williams se vengaba así cuatro días después de una de las derrotas más duras de su carrera, la sufrida en la segunda jornada de competición, durante la 'round robin', ante la propia Halep, que le venció por 6-0 y 6-2.
Tres roturas en el primer set -por dos de su rival- otorgaron ventaja a la estadounidense, que refrendó su superioridad en una segunda manga que solventó con un 'rosco'. En total, sólo 69 minutos de partido para alzar el trofeo.
«Perdí ante ella hace un par de días, así que era consciente que era capaz de jugar muy bien, pero sabía que tenía que jugar mejor si quería ganar. Ni siquiera estaba segura de si sería capaz de jugar aquí y ahora he ganado el Trofeo Billie Jean King de nuevo. Es una sensación increíble», señaló Williams tras la victoria.
Federer gana por la vía rápida
Por otra parte, el tenista suizo Roger Federer se adjudicó este domingo el torneo de su ciudad natal, Basilea, tras imponerse por un doble 6-2 en la final al belga David Goffin en un encuentro que duró menos de una hora de juego y en el que el número dos del mundo volvió a dar una nueva lección de tenis.
El helvético, que se encuentra a 500 puntos del número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, volvió a coronarse en el torneo de Basilea, después de dos finales consecutivas perdidas ante el argentino Juan Martín del Potro (2012 y 2013), y consiguió el sexto título en casa, de once finales disputadas, y el quinto de la temporada.
El gran favorito para alzarse el torneo no falló en la final y desde el primer juego, donde rompió el servicio del belga, demostró muchas ganas de reconquistar Basilea, su casa, tras dos años sin hacerlo. En el primer set, Federer dominó de principio a fin casi todos los puntos y con una exhibición de golpes de derecha y revés ante un rival que se mostró muy débil con su servicio. Al final, el suizo llevó el primer parcial (6-2) en tan solo 25 minutos.
El guión del comienzo de la segunda manga iba camino de repetirse pero Goffin pudo mantener su saque. Sin embargo, en el quinto juego, Federer consiguió de nuevo romper el saque del belga para enfilar su sexto título en Basilea.
Con el segundo set encarrilado, el suizo recurrió a su sólido saque para sentenciar la final (6-2) ante un Goffin -verdugo del joven de 17 años Borna Coric, que eliminó al español Rafa Nadal en cuartos de final-, que tuvo demasiados errores no forzados para poner en aprietos a un tenista del nivel de Federer.
Robredo dio la cara
El tenista escocés Andy Murray se ha adjudicado este domingo el torneo ATP 500 de Valencia tras imponerse (3-6, 7-6(7), 7-6(8)) en una apasionante final al español Tommy Robredo, una pelea de tú a tú en la que el británico se llevó su tercer título de la temporada y el segundo en Valencia, dando además un paso importante para estar, por séptima vez consecutiva, en la Copa de Maestros.
El Ágora vivió una pelea final por todo lo alto aunque se quedó sin ver a un tenista español levantando el trofeo. Robredo lo tuvo en su mano, en especial cuando desaprovechó dos bolas de partido en el segundo set. Antes, el catalán se llevó un primer set vibrante, anticipo del espectáculo que ambos estaban dispuestos a ofrecer.
La pelea y las opciones para el español siguieron en el tercer y definitivo parcial. Robredo sumó otras tres bolas de partido (un total de cinco), todas salvadas por un Murray que cerró la victoria en la segunda opción que tuvo. Sabido es que la historia se repite y por desgracia para el tenista de Hostalrich volvió a ocurrir lo que le pasase ante el escocés en la final este mismo año de Shenzhen, donde Murray salvó cinco 'match-balls' para romper una sequía de títulos de quince meses.
El ganador de Wimbledon en 2013 demostró la calidad que atesora y, a pesar de que parecía arrastrarse por la pista valenciana, aguantó las embestidas de su rival para hacerse con el segundo entorchado en Valencia (2009), el 31º de su carrera y el segundo consecutivo tras conquistar Viena el pasado domingo, ante otro español, David Ferrer. La final en el Ágora tuvo de todo. Más de tres horas de intenso intercambio que terminó con ambos rendidos y apoyados en la red, conscientes de que el premio sólo podía ser para uno, pero que ambos habían hecho méritos de sobra.
El desgaste y el repertorio a ambos lados de la pista en el primer set, el cual se llevó el tenista español con dos 'breaks' a favor (en el séptimo y el noveno juego), no tuvo fin hasta el final. En el segundo, Robredo comenzó perdiendo su saque, pero supo reaccionar para mandar el parcial a la muerte súbita. Ahí, el catalán desperdició dos bolas de partido. Murray se aferró al Ágora y la final llegó al tercer set.
Con la épica como protagonista, ambos tenista dieron todo lo que les quedaba. Murray gozó de una bola de partido en el décimo juego, pero el guión exigía un final de infarto. Con un 'break' para cada uno, se llegó a una muerte súbita en la que el español acarició la victoria en tres ocasiones. Murray supo mantenerse en la pista, respondiendo los poderosos golpes de un Robredo que buscaba su victoria ATP 501 y el primer título de la temporada. No pudo ser, el escocés se llevó una final inolvidable en Valencia para colocarse quinto en la Carrera a Londres, ciudad en la que se medirán los mejores del mundo del 9 al 16 de noviembre.