La carrera deportiva de los mayores campeones de España suele ser breve. Su éxito es efímero, pero muchos aficionados siguen recordando sus caras años después de sus últimas victorias. Por eso, las formaciones políticas les utilizan como reclamo. No importa que hagan mucho o poco por representar a los ciudadanos, la cuestión es que dan votos.
Los retirados ilustres suelen hacer sus pinitos en la televisión como comentaristas, aunque más de uno no sabe hablar con fluidez. Su rostro conocido les vale para ganarse el puesto en los medios, el problema es que otros han huido de ese camino para convertirse en figurantes de la política. Y eso es un poco más serio.
El Partido Popular explota mejor que nadie la pasión que despierta el deporte entre los ciudadanos. Esta formación es la que más deportistas ‘coloca’ desde hace muchas elecciones, pero esta práctica no es exclusiva del partido del Gobierno. Los grupos con muchos escaños son los que tienen más posibilidades de camuflar a un parlamentario que no trabaja mucho dentro de sus filas.
El fenómeno no es nada nuevo, puesto que en las últimas décadas varios deportistas han entrado en la política española. Tampoco es nada único de este país. Romario, Bilardo, Manny Pacquiao, Cuauhtémoc Blanco o Juan Manuel Márquez son algunos de los casos más reconocidos en Sudamérica.
En las listas solo para figurar
Sin embargo, en 2011 la oleada de deportistas que intentó acceder a un puesto de responsabilidad política en las diferentes elecciones fue mucho más amplia de lo habitual. Joan Laporta, (Democràcia Catalana) Jesús Ángel García Bragado (PP), Natalia Rodríguez (PSC), Dori Ruano (PSOE), Julián Rodríguez Santiago (PSOE) y Miguel Reina consiguieron plazas en los diferentes ayuntamientos a los que se presentaron como candidatos.
Otros como Gervasio Deferr (PSOE) y José Javier Hombrados (PSOE) solo prestaron su imagen a su partido para finalmente no ser elegidos. El caso del gimnasta es especialmente llamativo puesto que iba cerrando la lista en el puesto 21 y los socialistas solo consiguieron once representantes en Sant Adriá del Besós. Desde un principio sabía que no iba a ser elegido, pero lo más habitual en la relación entre los partidos y este tipo de campeones es que los deportistas ocupen lugares ‘fronterizos’ en las listas. Es decir, las formaciones utilizan las encuestas para decidir en qué número tiene que ir el campeón de turno. Por ejemplo, si esperan conseguir entre diez y catorce escaños, colocan al deportista en el puesto 13. Si obtienen un buen resultado no importa que uno trabaje menos, pero si tienen un fracaso se aseguran parlamentarios activos.
Pero por desgracia las normas de transparencia de los diferentes consistorios no permiten que el ciudadano evalúe el trabajo de los concejales de forma rápida. Ni siquiera en Barcelona se contabiliza el número de intervenciones, aunque viendo los vídeos de cada sesión se puede ver rápidamente que Laporta es de los que discuten igual en la calle que entre políticos. No es raro porque forma parte de una coalición que solo cuenta con dos representantes.
Congreso, Senado y Autonomías. Están en todas partes
En cambio, algunas Comunidades Autónomas y las Cortes Generales sí permiten testar el trabajo de los políticos deportistas. Abel Antón, Marta Domínguez, Ruth Beitia y Prudencio Indurain salen muy mal parados en la comparación con el resto de los delegados de sus partidos. El caso de Sonia Reyes Sáez es más complicado de analizar, puesto que las Cortes de Castilla la Mancha no cuentan con un sitio web de los más avanzados en materia de transparencia. Esta diputada por Guadalajara fue cuarta en su categoría de Taekwondo en los Juegos de Atenas y ejerce de maestra.
Ruth es la reina de los ‘ninis’ cántabros
Ruth Beitia es otra de las que compatibilizan la política con otras actividades. La campeonísima del salto de altura español no sólo sigue en activo con opciones de hacer algo grande en Río 2016, sino que también es miembro de la Junta de Gobierno de la Real Federación Española de Atletismo. Sin embargo, debió pensar que tenía demasiado tiempo libre y se metió en política.
Por lo que se ve se equivocó; o el tiempo no lo utiliza para hablar en las sesiones parlamentarias. Su hoja de registro es bastante pobre. Tomó la palabra en el Parlamento en cinco ocasiones en 2011, pero desde ese año sólo ha vuelto a participar en una sesión plenaria. Ocupa el cargo de secretaria primera de la Mesa del Parlamento de Cantabria y forma parte de las comisiones de Reglamento y peticiones. Sorprendentemente no está en la Comisión de Educación, Cultura y Deporte donde podría aportar cosas como atleta, monitora y fisioterapeuta. En total existen 22 grabaciones de sus intervenciones en plenos y comisiones. José Manuel Igual Ortiz y Pedro Luis Gutiérrez González son los otros dos ‘ninis populares’ -ni preguntan, ni intervienen- del Parlamento cántabro, pero los dos registran al menos 30 grabaciones y han intervenido en más sesiones plenarias que Beitia en los últimos años. Se puede decir que Ruth es la reina de los ‘ninis’ cántabros.
Por eso, el Partido Regionalista Cántabro emitió un comunicado para animar al PP a explicar a los cántabros a cambio de qué perciben sueldos que en algunos casos rondan los 60.000 euros anuales parlamentarios como Ruth Beitia, Esther Merino o Ildefonso Calderón, con apenas una, dos y cinco intervenciones, respectivamente. Estos diputados deben de pensar que es un fastidio estar en la Autonomía que presume de ser la más transparente del país.
«Yo trabajo como cualquier diputado y por supuesto no soy una mujer florero»
En cualquier caso, ella no tiene sentimiento de culpa, puesto que defendió su esfuerzo cuando en una entrevista concedida a Estrella Digital el pasado mes de diciembre se cuestionó el uso electoralista que el PP hace de los deportistas. “Yo trabajo como cualquier diputado. Trabajo como cualquier persona normal y corriente y por supuesto no soy una mujer florero. Mucha gente piensa que no voy al Parlamento, que no voy ni siquiera a los plenos, pero asisto a todos y trabajo todos los días. Me siento una más del equipo”, aseguró entonces.
No obstante, Ruth Beitia no es la única que ha pronunciado palabras que se pueden volver en su contra. Marta Domínguez también hizo una curiosa declaración al saber que tenía un puesto asegurado como senadora tras las elecciones. “Con Miriam Blasco, Abel Antón y conmigo el deporte va a tener otro peso. El deporte para el Partido Popular importa», pero se ve que los dos últimos no han trabajado mucho por ese cambio.
La palentina sólo ha registrado una pregunta oral y tres escritas, y ha intervenido en 22 ocasiones en el Senado, mientras que Abel Antón ha hecho menos todavía. Por parte del exfondista soriano constan dos preguntas orales, otra escrita y diez intervenciones.
Por otro lado, otro apellido ilustre en el deporte español no tiene tan buena fama en la política. El hermano menor de Miguel Indurain, Prudencio, fue elegido por UPN en el Parlamento Navarro, pero solo duró unos meses en el cargo. Únicamente registró un par de intervenciones en los plenos, pero decidió abandonar su escaño porque le ofrecieron ser Director Gerente del Instituto Navarro de Deporte y Juventud. Allí se embolsa casi 60.000 euros al año. Otro político ‘nini’ que recibió poca fama como deportista es el líder socialista, Pedro Sánchez. El exjugador del Estudiantes casi no participó en las sesiones del Congreso hasta que no fue elegido secretario general de su formación.
Los menos conocidos dan más el callo
Por supuesto, en el gremio también existen grandes excepciones, pero curiosamente son las caras menos conocidas para el gran público. Cuando los deportistas están en un grupo parlamentario con poca representación curran como el que más. Este es el caso de Xabier Mikel Errekondo en Amaiur. Pero solo los que tienen mucha memoria recordarán que este hombre pasó por varios equipos grandes de la Liga Asobal en la época de Urdangarin y llegó a jugar un Mundial con España.
Asimismo, dentro de las filas populares Francisco Delgado es uno de los senadores que más trabaja, aunque en esa Cámara los representantes de los partidos mayoritarios no se caracterizan por su alta actividad. Delgado jugó en la Segunda División de fútbol con el Real Jaén, pero se puede decir que es mucho más conocido por su función como político que por su capacidad futbolística, puesto que colgó las botas hace más de dos décadas.
Blasco les puede dar lecciones a todos
Por eso, Miriam Blasco Soto destaca por ser la más trabajadora con diferencia entre los deportistas más reconocidos. Esta exjudoca fue campeona olímpica en 1992 y dio el salto al Senado en el 2000. Estuvo tres legislaturas en la Cámara alta, pero en 2011 dio el salto al Congreso de los Diputados donde ahora trabaja mucho más que los ‘ninis’ de su partido. Ha registrado medio centenar de iniciativas parlamentarias y tiene un gran número de intervenciones a lo largo de la legislatura.
Curiosamente, su compañero de partido Juan José Imbroda destaca en el apartado opuesto. Este senador sólo ha registrado una pregunta escrita y ha intervenido en tres ocasiones en el mismo periodo legislativo. Sólo tiene una ligera relación con el mundo del deporte, ya que es hermano del exseleccionador de baloncesto Javier Imbroda. Y hoy está imputado por prevaricación.
Ningún partido político reniega de los deportistas. De hecho, Podemos ya ha fichado al judoca tres veces olímpico Óscar Peñas para su círculo de deporte, y pretende darle una importancia vital a esta área por lo que no es descartable que ocupe un buen puesto en alguna lista electoral. En conclusión, esta no es una cuestión de partidos ni de ideologías. Cuanto mayor es la fama del deportista político, menor es su dedicación a los ciudadanos, aunque siempre hay excepciones.