El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, instó a los aliados de su país a que consideren boicotear el Mundial de Fútbol del 2018, que se debe disputar en Rusia, si Moscú no retira todas las tropas de su territorio.
Poroshenko dijo al periódico 'Bild' que prefería mantener separados el fútbol y la política, pero que esto no fue posible cuando el Shakhtar Donetsk tuvo que jugar a 1.200 kilómetros de distancia, en Lviv, porque su ciudad estaba ocupada por los separatistas prorrusos.
«Creo que tiene que haber un debate sobre un boicot a esta Copa del Mundo. Mientras haya tropas rusas en Ucrania, creo que un Mundial en ese país es impensable», afirmó Poroshenko, que el lunes estaba en Berlín en una visita oficial.
El presidente ucraniano aseguró que pediría a la canciller alemana, Angela Merkel, que presione para conseguir sanciones más duras sobre Rusia por lo que describió como violaciones repetidas por parte de los separatistas al cese al fuego, en el que la mandataria germana ayudó a mediar el mes pasado.
También iba a pedir a la canciller más ayuda militar no letal para las fuerzas ucranianas, como chalecos antibalas. «Necesitamos ser capaces de defendernos y proteger a nuestros soldados. Necesitamos radares de reconocimiento, drones, radios y equipamiento de visión nocturna. Voy a hablar con la canciller sobre esto. No se trata de armas de ataque, no queremos atacar a nadie», advirtió.