El italiano Nicola Boem (Bardiani) se impuso este martes en la décima etapa del Giro de Italia, transcurrida entre Civitanova Marche y Forlì sobre 200 kilómetros, culminando una gran fuga formada en el primer kilómetro de una jornada llana y muy movida, marcada por el tiempo perdido respecto al líder Alberto Contador (Tinkoff-Saxo) del australiano Richie Porte (Sky) por culpa de un inoportuno pinchazo que le salió muy caro tras la sanción de los comisarios.
Boem fue el más fuerte y rápido de entre los cuatro fugados que llegaron juntos a la meta, tras perder previamente a un quinto miembro (Oscar Gatto –Androni-Giocattoli–), y después de responder muy bien al ataque en el último kilómetro de Alan Marangoni (Cannondale).
Por detrás, uno de los más firmes aspirantes al triunfo, el australiano Richie Porte, pinchaba a cuatro kilómetros de meta para perder tiempo respecto a sus dos grandes rivales, Alberto Contador y Fabio Aru (Astana). Para colmo del 'aussie' –y tras incumplir el reglamento– fue castigado con dos minutos de sanción por utilizar prestada la rueda de su compatriota Simon Clarke (Orica).
La norma es clara e impide que un ciclista sea asistido por un corredor que no sea de su equipo. De esta forma, fueron 45 los segundos que se dejó Porte en una de las denominadas jornadas de 'transición' debido a ese inesperado pinchazo justo cuando el pelotón 'volaba' para intentar cazar a la irreductible fuga.
Pese a la ayuda de cuatro miembros de su equipo, el oceánico no pudo volver a entrar al gran grupo y terminó como el gran perjudicado de una etapa larga, rápida y que entre la fuga y este incidente fue vistosa. Horas después de su llegada a la meta se confirmó la sanción que le hace dejar la cuarta posición y ubicarse duodécimo en la general.
Con todo, la vuelta a la acción tras el día de descanso contó con una fuga de claro color italiano formada en el inicio de la etapa, justo darse la salida, y formada por Oscar Gatto (Androni-Giocattoli), Nicola Boem (Bardiani-CSF), Alessandro Malaguti (Nippo-Vini Fantini), Matteo Busato (Southeast) y Alan Marangoni (Cannondale-Garmin). Este quinteto rápidamente colaboró y aguantó el pulso a un pelotón vencido que perdió una oportunidad de ganar al sprint.
Trabajo sin éxito del Lotto de Greipel
La fuga llegó a tener una diferencia máxima de 4:50 minutos a falta de 97 kilómetros de meta. El gran entendimiento entre los cinco italianos puso en aprietos al pelotón, tirado principalmente por el Lotto-Soudal para buscar las opciones de André Greipel, Giant, Orica o IAM, también interesados en una 'volata' que se fue alejando con el paso de los kilómetros y la buena colaboración de los de delante.
La tarea para el gran grupo fue ardua, pues la ventaja iba disminuyendo muy poco a poco pese al terreno favorable para la persecución. A falta de 13 kilómetros, pinchó Gatto y se quedó ya sin opciones de triunfo, mermando también a sus compañeros en la escapada al perder un relevo. El pelotón seguía apretando, pero la diferencia a 11 kilómetros de meta era de 1:30 y no bajó del minuto hasta los últimos cinco kilómetros.
Y ahí aguantó fuerte el cuarteto, que empezó a romper su armonía cuando avistaban la meta. Marangoni lo intentó en el último kilómetro, pero finalmente fue Boem el más rápido y el que logró su primer triunfo y el de Bardiani en la ronda italiana.
De cara a este miércoles, una undécima etapa de media montaña que transcurrirá entre Forlì y el circuito de Ferrari en Imola sobre 153 kilómetros. La jornada tendrá un recorrido 'rompe piernas' con constantes subidas y bajadas y contará con tres cota de montaña, dos de 3ª categoría y un último de 4ª, a 23 kilómetros de meta si bien el Tre Monti forma parte de un circuito al que darán tres vueltas antes de entrar al trazado de carreras de Imola.