Carlos Bernardes es uno de los mejores árbitros del circuito ATP, pero después de muchos años en la elite no pita a gusto de todos. Este juez de silla brasileño ha estado en los últimos tres Juegos Olímpicos y tiene muchas finales de Grand Slam y Master 1.000 a sus espaldas, pero a sus 50 años empieza a cansar a más de un jugador.
El principal problema de Bernardes es que intenta mantener una gran relación con los tenistas, pero en ocasiones la confianza termina dando asco. El juez de Sao Paulo no tiene reparos a la hora de pitar cosas que otros no se atreven, pero los tenistas se ven con más fuerzas para reprenderle porque le conocen bien.
“En general me llevó muy bien con los jugadores top. A veces hay choques, porque tú no puedes agradarle a todo el mundo. Siempre van a ocurrir situaciones incomodas y uno debe prepararse para eso”, admitió el árbitro hace meses. Carlos Bernardes se suele poner siempre en el lugar de los jugadores porque fue tenista, aunque renuncio a llegar a la profesionalidad para dedicarse al arbitraje.
Sin embargo, Bernardes entiende mejor a unos que a otros y con Rafa Nadal ya ha tenido tres desencuentros graves. En Londres 2010 Rafa amenazó con irse del campo por una decisión del juez. En Australia 2012 también tuvieron un intenso cruce de palabras. Pero su peor momento llegó en Río 2015.
En casi todos los partidos, Rafa Nadal es sancionado con un warning, por el tiempo que tarda en sacar. Los árbitros tienen órdenes para fijarse especialmente en este apartado del juego del balear, pero rara vez le suelen pitar dos en un mismo encuentro (lo que conlleva una falta de saque). En el torneo brasileño, Bernardes solo le pitó un warning, pero Nadal no lo acató sin rechistar.
«¿Cómo quieres que saque con la mano así? Yo no tengo la culpa de sudar tanto. Te voy a decir una cosa. Y te la digo muy en serio. Voy a pedir que no me vuelvas a arbitrar nunca más. No tengo nada contra ti, pero no puedo más contigo. Eres el juez de todo el circuito que más me presiona con estas cosas«, le dijo en medio de la pista.
El poder de los tenistas
Además, cuando los periodistas preguntaron al tenista sobre este aspecto, tampoco se escondió en rueda de prensa. «Bernardes ha sido injusto conmigo últimamente. Pone más presión sobre mí que sobre nadie. No puedo aceptar que jugadores rompan raquetas y no pase nada y que cinco o seis segundos de retraso sea más importante», explicó.
Desde entonces, Rafa y Bernardes no han vuelto a encontrarse, a pesar de que hasta hace poco solían coincidir muy a menudo. Telegraph fue directamente a preguntarle a la ATP por el asunto y en el organismo no les desmintieron los rumores. Se limitan a decir que a la hora de elegir un árbitro “se tienen en cuenta varios factores como la cualificación de la acreditación, la nacionalidad y sobre todo, la historia previa o incidentes».
No se sabe si Rafa se quejaría en privado a alguno de los mandamás del circuito tras lo ocurrido en Río, pero con esa queja pública le valió para quitarse de en medio a un juez incómodo. En cualquier caso, este no es un caso único en la historia del tenis, ya que la ATP paga el 50% de los sueldos de los árbitros y muchos jugadores tienen una gran influencia sobre la organización. Ivan Lendl consiguió que su árbitro más odiado no le pitara en un año y Jimmy Connors pudo ser el culpable del despido de otro juez. Tuvo un incidente con el tenista estadounidense en 1986 y cuando terminó la temporada la organización decidió no renovarle.
En cualquier caso Rafa Nadal no es el único que ha tenido broncas sonadas con Bernardes. Sin ir más lejos, esta misma temporada Feliciano López también se encaró con él por su criterio dispar. “No puede ser que yo diga 'me cago en la puta' hacia mi palco, y no hacia la grada, y otros jugadores rompan raquetas y estén todo el rato diciendo 'fuck' y no tengas cojones a decirles nada. Yo sé lo que hago mal, pero no puede ser que me sanciones a mí», le dijo el toledano al árbitro en medio de la pista.