La selección española de hockey sobre patines perdió este sábado en la final del Campeonato del Mundo de La Roche-sur-Yon (Francia) ante Argentina (1-6), una dolorosa derrota que pone fin a la increíble racha de 71 partidos consecutivos sin perder del combinado nacional.
El sueño de conquistar el sexto Campeonato del Mundo de forma consecutiva –el decimoséptimo de la historia– se esfumó este sábado, pero la leyenda sigue más viva que nuca. España acaba con una racha que comenzó el 3 de octubre del 2003. Datos espectaculares para el deporte profesional.
El combinado dirigido por Quim Paüls, que ha ofrecido un hockey notable durante todo el certamen, cayó este sábado ante una Argentina espectacular, histórica también, que se alzó con el título mundial tras 16 años de sequía.
Y eso que España comenzó ganando gracias a un tanto de Bargalló para aposentar al equipo en pista con un tremendo disparo. Con el 1-0, los de Paüls se vieron más sueltos en pista y empezaron a desplegar su juego. Argentina reaccionó desde el banquillo, y con la entrada de Ordóñez por Platero, Giuliani buscó el cara o cruz para evitar que España se viniera arriba, y le salió bien.
Fue Ordóñez quien empató el partido, con un gran disparo desde media distancia. Tras la igualada, Argentina volvió a un dibujo más tradicional, con Platero de nuevo en pista y con David Páez, aparición de última hora en la convocatoria y que ha resultado decisivo. Suyos fueron los dos siguientes goles, en un momento en que el partido se encontraba equilibrado y con escasas ocasiones en ambas puertas.
La segunda mitad arrancó con España apretando los dientes y encerrando a Argentina en su área, en lo que sería la tónica de todo el segundo acto. La más clara en esta fase la tuvo Bargalló, que mandó la bola al hierro a los siete minutos. Argentina llegó a la décima falta y Toni Pérez tuvo la opción de recortar distancia, pero erró la directa. Al minuto, fue Ordóñez quien la transformó, y situó tres goles de renta que hacía muy cuesta arriba la remontada.
España lo dio todo, y consiguió que Argentina no saliera del área en unos minutos, aunque tampoco llegó a forzar a Grimalt, ya que los disparos morían en las espinilleras de los defensas albicelestes. Con España entregada al ataque, dos contras seguidas, una de Nicolía y otra de Ordóñez, sentenciaron la final.