Roger Federer no deja de sorprender. Cuando muchos le daban por acabado y colocaban su nombre en el atril de las viejas glorias del mundo del tenis un fichaje cambio el rumbo de los acontecimientos. En 2014, Stefan Edberg se convirtió en el nuevo entrenador del tenista suizo y con él comenzó a cambiar su juego.
Federer siempre ha sido un jugador de fondo de pista y poco agresivo. Sus victorias llegaban a base de mover al rival a lo largo de toda la pista gracias a al dominio que ejercía desde la línea de fondo. Pero con la llegada de su nuevo preparador el estilo del helvético a dado un giro de 180 grados. Como si de una segunda juventud se tratara Federer, número tres del mundo, ha comenzado a mostrarse progresivamente más agresivo en la pista desde comienzos de 2014.
Pero la confirmación de esta nueva manera de jugar ha llegado con el master 1.000 en Cincinnati. En el torneo estadounidense, el suizo se ha plantado en cuartos de final al arrollar a Bautista y Kevin Anderson gracias a un nuevo resto, variando con subidas a la red tras un golpe cortado ('chip and charge') y unas mejores sensaciones con el revés plano.
El mejor ejemplo del nuevo estilo de juego de Roger se refleja en este punto recogido por la cuenta de Twitter Tenis TV en el que se observa como el suizo se adelanta al saque de su rival, Kevin Anderson, hasta casi tocar la línea de saque y restar a bote pronto nunca visto en su juegos. La rapidez también se dejo notar en el tiempo. El helvético sólo necesito 54 minutos para derrotar por un doble 6-1 al tenista sudafircano.
Crazy tennis from Roger Federer. Have you seen a serve taken any earlier? #ATP #tennis http://t.co/gjVg6gBY0v
— TennisTV (@TennisTV) agosto 21, 2015
Roger Federer no esconde su cambio en su juego y cuando fue preguntado por ésto tras el partido de primera ronda ante el español Bautista, el suizo aprovechó para explayarse con la respuesta.
«Es la primera ronda de una temporada de pista dura que durará los próximos seis meses más o menos. Y tengo cosas en mente que espero pueda trabajar y mejorar para estas giras. La primera es que hay que estar muy en forma y no dejar de moverse. Aquí en Cincinnati se juega bastante rápido, así que por qué no ir hacia adelante más todavía. Sólo debes elegir el momento adecuado y mantener a tu oponente fuera de sitio», afirmó Roger.
«Estas características creo que son buenas para mí. Crecí como un jugador atacante. No era una locura, pues todo el mundo que tenía un buen servicio y un revés a una mano los utilizaba para servir y volear en Wimbledon y también en otras superficies, especialmente frente a los mejores baseliners. Sentí que era casi la única salida, porque desde la línea de fondo no podía dominar a los chicos hasta que me di cuenta que debía mejorar ahí. Si no empezaba a mejorar mi juego de fondo, en realidad nunca vencería a esos tipos de forma regular y en las superficies más lentas», aseveró el suizo.
«Afortunadamente esa mejora fue un acierto, pues las superficies han disminuido mucho de velocidad con el paso de los años. No tenía más remedio que adaptarme, supongo. Es evidente que trabajé mucho en mi juego de fondo, en mi revés a una mano, haciéndose más y más fuerte. Creo que una vez que conseguí adaptarme tuve la oportunidad de usar todo eso a mi favor: mi coordinación, anticipación, la idea de cómo jugar. Creo que lo hacía mejor que nadie por un período de tiempo. Hoy en día todavía puedo hacerlo, pero creo que selecciono más esos momentos de jugar sobre la línea», finalizó el helvético.