El próximo día 31 de agosto comienza el último gran torneo del año en el mundo del tenis, con permiso de la antigua ‘Copa de Maestros’. Sin embargo, sobre la pista dura de Nueva York en esta edición de 2015 no será nada fácil hacer pronósticos. De hecho, el año pasado, Cilic y Nishikori ya firmaron una final sorprendente.
El último Grand Slam de la temporada nunca es como el primero. En Flushing Meadows, en pleno mes de septiembre, los condicionantes físicos siempre son mucho más importantes. Muchos jugadores llegan exhaustos y tocados al tramo final de la temporada. Por eso, Roger Federer, a sus 34 años, intentará tirar de motor diésel para conseguir sus mayores éxitos en el tramo final del curso, como ya hizo en sus últimos años.
‘El mejor tenista de la historia’ no gana un Grand Slam desde Wimbledon 2012 y no triunfa en Nueva York desde 2008. De hecho, el US Open es el ‘grande’ que más tiempo lleva sin ganar el de Basilea, a pesar de que suma cinco entorchados en este torneo. Asimismo, cuando ganó su última final en la Arthur Ashe frente a Murray, este era su Grand Slam más propicio junto a Wimbledon, puesto que en los dos torneos había ganado cinco veces. Después, ganó en otras dos ocasiones en Londres, mientras que en Nueva York solo llegó a la final de 2009, que perdió frente a Del Potro, y a otras tres semifinales más.
Sin embargo, en este 2015 cualquier cosa parece posible para el gran Roger. El número dos del mundo ha ganado en Brisbane, Dubai, Estambul, Halle y Cinncinati. También ha llegado a las finales de Indian Wells, Roma y Wimbledon. Además, la normativa ATP le ha permitido librarse de varios partidos gracias a su edad y trayectoria, mientras que no se ha desgastado mucho en los torneos en los que no ha llegado al último partido. Solo en Roland Garros perdió un partido en cuartos de final.
Difícilmente el ‘Big Four’ perderá dos años seguidos
En resumen, Federer llega más fresco que nunca a la fase final del año, aunque ya no cuente con la chispa de antaño. En contra, los partidos de cinco sets se le hacen más largos de la cuenta. En cualquier caso, si el mejor Federer emerge, la duración de los partidos se puede reducir considerablemente, ya que en Cincinatti la final frente a Djokovic fue un visto y no visto en el que el suizo presumió de un extensísimo repertorio.
Por otra parte, Rafa Nadal sorprendería muchísimo si llega a semifinales, puesto que su nivel de confianza deja mucho que desear. El balear debería darse por satisfecho si es capaz de avanzar unas cuantas rondas sin perder frente a un rival que esté por debajo del ‘top ten’. Asimismo, Murray será un rival muy a tener en cuenta, mientras que Nishikori y Cilic difícilmente repetirán el resultado del año pasado y notarán la presión de los puntos que les toca defender, puesto que la irregularidad en las grandes citas suele ser el denominador común de todos los tenistas con talento que no forman parte del ‘Big Four’.
Pese a todo, Novak Djokovic sigue siendo igual o más favorito que Federer. El serbio no parece tan fiero como hace unos meses y da la sensación de que en las finales nota mucho más la presión. Además, ‘Nole’ no tiene demasiado ‘feeling’ con Nueva York ya que solo ha ganado una vez el US Open, en el 2011. El número uno ha perdido cuatro finales en Flushing Meadows, un ‘gafe’ que solo se puede comparar con su ausencia de triunfos en Roland Garros.
Por último, este torneo servirá para volver a ver un duelo entre los dos mejores tenistas del momento, si los dos consiguen vencer por su respectivo lado del cuadro. Actualmente, la balanza está ligeramente desequilibrada del lado del más veterano. Roger ganó en 21 duelos anteriores, mientras que Djokovic se impuso en 20. El serbio busca igualar el ‘cara a cara’, mientras que Federer sueña con su decimoctavo Gran Slam. Si gana Djokovic, sería el décimo en su cuenta y, con el panorama del tenis actual, se podría plantear alcanzar al suizo en este apartado en unos cuantos años. Roger tiene la oportunidad de poner más tierra de por medio en esta estadística, pero si no gana ahora sus opciones de triunfar en el futuro descenderán exponencialmente con el paso de los meses.