Recibía a escasos metros de la línea del centro del campo, seis sencillos botes hasta colocar los pies en dirección a la canasta y un lanzamiento desde más de siete metros que entraba limpio.
No hizo falta más. 60 – 52 con apenas un minuto por jugar. Thomas Heurtel mataba el partido en la cara del mejor jugador de la historia de España. Abatía a sus contrincantes, ya hundidos en el banquillo y sobre la pista. Consternaba a un país, que había puesto sus pretensiones de gloria en el baloncesto tras el estrepitoso fracaso en Brasil. Eso en España y para los españoles, más allá de los Pirineos se debatían entre la alegría gala, la sorpresa mayúscula y la cura de humildad a la fanfarronería española.
Felipe Reyes se convirtió en TT en la red social Twitter, España habló de forma unánime: Orenga debía de haber dado más minutos al cordobés
En las millones de reacciones que se sucedieron tras el partido, se erigió un nombre por encima del resto que curiosamente no había disputado un solo minuto. Felipe Reyes se convirtió en TT en la red social Twitter, España habló de forma unánime: Orenga debía de haber dado más minutos al cordobés. Quizás no hay mejor forma de medir la grandeza de Felipe Reyes en el mundo del baloncesto que aquella reivindicación unánime. Toda España se acordó de él, a pesar de tener en pista el juego interior más devastador del mundial y probablemente de cualquier plantilla en todo el planeta.
El pueblo habló y con razón. Francia había aplastado a España en el rebote, 50 capturas galas por 28 españolas. Una diferencia difícilmente vista en un partido de alto nivel. España se diluyo en el triple con un pordiosero 9%, uno de los peores porcentajes en la historia de la selección pero donde se desangró fue en el rebote. Permitió a los galos el doble de oportunidades gracias a sus rebotes ofensivos y eso con un resultado tan corto es mortal. Mientras, España tenía en el banquillo al mejor reboteador de la historia en Europa, incluso ya certificado por números.
Más allá del talento
Sería injusto (casi delictivo) hablar de Reyes como un jugador sin talento, como solo un fajador de la pintura y experto en el rebote. Doble MVP de la fase regular y otros tantos en las finales ACB, cuatro apariciones en el mejor quinteto en España y también en Europa, coqueteando incluso con el MVP en la máxima competición continental. El cordobés es uno de los mejores jugadores en la historia de España y de Europa y para ello se necesita talento y mucho. Aunque también es cierto que su talento no se puede comparar al de compañeros en la selección como los Gasol o Navarro u otros históricos como Sabonis, Gallis, Bodiroga o Petrovic. En su palmarés no tiene anotadas exhibiciones anotadores como otros grandes de la historia, pero casi ninguno de ellos ha tenido la consistencia en el juego de Felipe.
Salido de la famosa factoría de ‘jugones’ situada en la calle Serrano de Madrid, pronto se convirtió en uno de los mejores en categorías inferiores. Con la selección fue pieza esencial en los famosos ‘Juniors de Oro’, todos ya conocen la machada de Mannheim pero la leyenda se forjó mucho antes. Ni Reyes ni tampoco Navarro pudieron jugar aquella famosa semifinal contra Estados Unidos, no importo porque con un Raül López espectacular la mejor generación del baloncesto español dejaba sin final a los norteamericanos por primera vez en la historia del prestigioso torneo, Albert Schweitzer Turnier. La final la gano España frente a la Australia de David Andersen, por aquel entonces Pau Gasol no era más que un jugador de rotación con buena mano que endosó los cinco triples que lanzó. Tras aquel torneo un ilustre como Lolo Sainz ya vaticinaba un futuro de éxitos: “Estamos ante una serie de jugadores ilusionantes.”
La mejor generación del baloncesto español dejaba sin final a los norteamericanos por primera vez en la historia del prestigioso torneo, Albert Schweitzer Turnier
En Varna, durante el Europeo Junior, se dio otro gran paso para el baloncesto español. Ninguna selección había conseguido ganar un campeonato, ni la generación de Alfonso Reyes (bronce en 1990) ni la de Carlos Jiménez (bronce en 1994), hasta la llegada de la nueva hornada. Con Navarro exultante, España dejó en el camino a la Rusia de Kirilenko, a la Grecia de Papadopoulos o Fotsis y en la final se impuso sin problemas a Croacia. España conquistaba el oro gracias a un bloque sólido donde Reyes, al igual que ahora, acumulaba los denominados ‘intangibles’ mientras Raül López y Navarro ejecutaban.
Al año siguiente, tocó redoblar la machada. En el majestuoso pabellón Atlántico de Lisboa y bajo la atenta mirada de más de dos millones de personas que siguieron el partido por televisión, España se convertía en campeona del mundo. La final contra Estados Unidos aún es recordada y venerada, un triple definitivo de Carlos Cabezas mandaba a la lona a los americanos.
Durante todos los campeonatos en los que España tocó el cielo, Felipe Reyes nunca fue el mejor jugador pero siempre cumplió en su rol de ayudar al equipo y ser una pieza que diera cohesión y estabilidad al bloque. El cordobés, ahora, vuelve a verse reflejado en aquellos años en los que era el más fiel escudero de Navarro o López ahora lo tendrá que ser de Gasol, de Rudy o de Mirotic.
Los jóvenes se hicieron hombres
Quizás fue la temporada 2000/01 la más importante para la madurez de la generación. Reyes se hizo indiscutible en el Estudiantes y apenas en poco tiempo ya flirteaba con un posible fichaje por el Real Madrid. Los grandes años que vivieron los estudiantiles, más de un año se convirtieron en el primer equipo de la capital, se cimentaron sobre los hombros de un Reyes que progresaba a pasos agigantados. En la selección, Reyes debutaría en el Eurobasket de Turquía en 2001, prácticamente a la vez que Gasol mientras que Navarro y López ya lo habían hecho un año antes en la catástrofe de Sidney. En la memoria de todo el mundo aún queda aquel maravilloso partido de consolación en la que España conquisto el bronce en un majestuoso duelo entre Gasol (31 puntos y 10 rebotes) y Nowitzki (43 puntos).
Aquel fue el debut de Reyes en la selección, 14 años después puede contar sonriente que ya posee un mundial, dos medallas de oro, dos medallas de plata y una de bronce en otros tantos europeos y dos medallas de plata en los Juegos Olímpicos frente a dos de las mejores plantillas que haya presentado nunca Estados Unidos. Sobre las espaldas del cordobés se cargan 203 partidos oficiales con la selección, el cuarto con más internacionalidades de la historia, después del Eurobasket tendrá a tiro superar al tercero ‘Nino’ Buscató (222) y quién sabe si al segundo, Juan Carlos Navarro con 223.
Pero no solo ha entrado en la historia con la selección española, a nivel de clubes Reyes se ha hecho aún más grande. Con el Estudiantes fue campeón de la Copa del Rey en el 2000 en uno de los mayores logros de los colegiales. Con el Real Madrid ha ganado cuatro ligas ACB, tres Copas del Rey, tres Super Copas de España una Copa Uleb y la Euroliga lograda este 2015. Además, a título individual ha conseguido dos MVP de la temporada regular en la ACB, dos MVP en las finales, cuatro veces ha sido incluido en el quinteto ideal de la liga española y uno en el de la Euroliga. Además, tiene su nombre inscrito en letras doradas al ser el máximo reboteador de la competición en la historia. Quizás alguien debería habérselo dicho a Orenga.
Su máximo reto con la selección
Si no es su mejor momento, quizás sea uno de los mejores. Felipe llega después de ganarlo todo este año, ha sido MVP de la fase regular e incluido en el mejor quinteto de la Euroliga. No está llamado a ser el factor diferencial pero su papel va a ser determinante por primera vez en muchas concentraciones con la selección. Las bajas de Marc Gasol, Ibaka, Navarro o Calderón le hacen escalar un peldaño como hombre importante. Además, no solo las bajas acentúan la presencia de Reyes ya sea porque Nicola Mirotic aún no se ha hecho un hueco en el equipo tras una preparación irregular, como el descanso que Scariolo pueda ofrecer a Gasol hacen más importante su figura.
En la preparación, el cordobés está respondiendo a las expectativas con unos números que por primera vez le hacen pieza esencial. Durante la preparación aunque ha sido el cuarto jugador con más minutos (91), lejos de Mirotic (103), Llul (105) o Rudy (103) es el segundo máximo anotador de la selección con 58. Solo superado por Rudy que ha anotado en total 65 puntos e incluso superando a Gasol, aunque el de Sant Boi ha jugado menos minutos en su preparación particular. En dos partidos ha sido el máximo anotador español y un partido, contra Venezuela, lo decidió un palmeo suyo cuando el cronómetro dejaba escapar las últimas décimas.
Sus números durante la preparación hablan a las claras del continuo esfuerzo del jugador del Real Madrid. Tras más de 80 partidos y ganarlo todo, con 35 años ha promediado 18 minutos con 11,6 puntos y cerca de 6 rebotes para una valoración de 16,8.
Las aspiraciones de España en el Eurobasket pasan porque Gasol pueda volver a erigirse en el jugador más determinante a nivel de selecciones. También en el acople que tenga Nicola Mirotic o que puedan aparecer en los momentos claves la tripleta exterior blanca formada por Llul, Sergio Rodríguez y Rudy. La calidad estará ahí pero el trabajo lo pondrá Felipe Reyes. El esfuerzo, el trabajo y el tesón que le llevan caracterizando desde que ya cogía rebotes en el Ramiro de Maetzu. Un trabajo que le ha llevado a ser uno de los mejores tiradores de tiros libres pasando del 55,9% de acierto en 2005 a superar el 80% en la actualidad. Un esfuerzo que le han convertido en un jugador amenazante con tiros a 4 o 5 metros e incluso a ser un jugador solvente desde el triple con un 28% de acierto.
Al talento se le espera siempre, aunque no llega en todas las ocasiones. La calidad está ahí para ganar el Eurobasket, pero no siempre basta como se demostró en el fatídico día de Francia. En esos momentos, cuando la pelota se resiste a entrar es cuando Felipe Reyes se erigirá como baluarte de la selección y gracias a él todos los españoles esperarán más tranquilos que el talento lleve a España al oro.