El deporte de alto nivel cada vez exige más desde el apartado físico a los profesionales. Por eso, los jóvenes valores cada vez destacan más pronto y los cambios generacionales se aceleran. Los métodos de entrenamiento evolucionan y cada vez es más difícil mantener la exigencia durante muchos años.
Sin embargo, todavía quedan algunos románticos que se resisten a abandonar, aunque por encima de todos llaman la atención los casos de Roger Federer y Pau Gasol. El suizo es el número dos a sus 34 años y busca ganar a toda costa otro Grand Slam, mientras que el español es un año más viejo y busca otro ‘anillo’ o una medalla en los Juegos Olímpicos con todas sus fuerzas.
Los dos comparten varios aspectos que contribuyen a su longevidad deportiva. Son calmados y modélicos en su comportamiento, pero destacan por encima de todo por el amor al deporte que practican, algo de lo que presumen siempre que pueden.
Además, en los últimos tiempos Federer decidió que no quería ser un esclavo de los torneos y que solo jugaría en las grandes citas, para llegar a esos momentos en plenitud. Su estrategia le ha dado grandes frutos esta temporada, aunque su entrenador asesor, Stefan Edberg, avisa de que la metamorfosis de su juego todavía está por culminar.
Por su parte, Gasol no ha tenido tanta suerte en cuanto a la racionalización de sus minutos. El cambio a los Bulls le obligó a jugar el año pasado 34.4 minutos por partido, cuando a lo largo del total de su carrera su media está en 35.5. En cambio, este año ya ha mandado un mensaje a su nuevo entrenador, Fred Hoiberg, para que no le queme demasiado.
Ilusión y menos minutos
“Veremos cómo va la temporada pero lo ideal sería que jugara menos de lo que jugué la pasada temporada”, dijo en toda una declaración de intenciones. De esta forma, sería normal que su aportación al equipo durante la temporada regular bajase, mientras que las lesiones respeten al juego interior de los Bulls.
No obstante, Gasol no valora la opción de dejar la selección porque piensa que el apartado anímico también es muy importante a su edad. “Me da buen ritmo, confianza y me hace llegar en forma. Está claro que es más baloncesto sobre mis espaldas, más desgaste, pero es algo de lo que estoy orgulloso y creo que me ha ido bien tanto a mi como al equipo. Espero que el subidón vivido este verano se extienda a la pretemporada y la temporada que se avecina. Tengo ganas de empezar a trabajar con mis compañeros para intentar construir algo especial. Ojalá la salud nos respete a lo largo de esta campaña y podamos repartir más los minutos”, opinó en unas declaraciones que recoge la web de la NBA.
Además, el pívot aprovechó la oportunidad para bromear con su evolución y de paso confirmar su sentimiento patriótico, por si a estas alturas algunos todavía dudan de él. “Soy español y allí tenemos muy buen vino”
Por otra parte, Pau no se ve jugando cuando el cuerpo ya no le responda de la misma manera y cuenta el secreto de su éxito.“Es mi mentalidad, mi actitud, lo que hago. Soy meticuloso y ambicioso y quiero estirar mi carrera jugando al más alto nivel. Disfruto jugando a baloncesto pero disfruto jugando bien y siendo uno de los mejores. Es duro cuando estás acostumbrado a ser uno de los mejores y te vas difuminando. Por eso yo hago todo lo que puedo para prolongar mi carrera al más alto nivel. Así puedo disfrutar mucho más”, confiesa el jugador al que hace dos temporadas medio planeta daba por acabado.
Finalmente, Gasol dejó ver su euforia, tras el magistral Eurobasket con el que asombró una vez más al viejo continente.“Me encuentro muy bien. Este verano he jugado algo del mejor baloncesto de mi carrera y me siento feliz, con la sensación de que he hecho algo especial”.