Rafa Nadal ocupa actualmente la sexta posición en la carrera hacia Londres y tiene a Tomas Berdych al alcance de la mano, por lo que puede acabar quinto en esa clasificación a final de año. Las cifras realmente no son tan malas, pero la sensación de decadencia dice otras cosas.
El manacorense no es capaz de ganar a ningún componente del ‘big four’ y tiene francas dificultades para ganar a cualquier top 10 que se cruza en su camino. Ha tenido derrotas sonadas contra tenistas que ocupan un ranking muy inferior al suyo, pero su verdadero problema llega cuando se encoge ante las grandes raquetas.
Por eso, en una entrevista que ha concedido junto a su tío a la revista Sports Illustrated, deja a las claras que no se ve con opciones de alcanzar a Djokovic a corto plazo. Nadal ya dijo antes de jugar frente al serbio en Pekín que se encuentra “en otra liga”, pero llama la atención la falta de ambición del mejor tenista español en este tipo de enfrentamientos, en los que no tiene ni un arranque de vergüenza torera. El doble 6-2 debería de ser un resultado muy duro para él. Ya no se trata de que le gane un partido, el problema está en que no es capaz de disputarle ni un solo set al número uno.
En cualquier caso, Nadal ya tiene un plan para sobreponerse a su delicada situación. No piensa frustrarse con lo que ocurra al inicio de temporada en pista dura porque sus esfuerzos se centrarán en 2016, más que nunca, en la temporada de polvo-ladrillo. «Mi objetivo es recuperar el nivel para jugar mi mejor tenis en tierra batida el próximo año», avanza el tenista de 29 años.
Además, Toni Nadal asegura que mentalmente es muy positivo para él ganar en Roland Garros y que de ese posible éxito dependería gran parte del devenir de la próxima campaña. «Su confianza dentro de las temporadas se basa principalmente en su rendimiento en París. Así que sí, a fin de recuperar el nivel tenemos que recuperar el nivel en arcilla. Por supuesto no hay que esperar a que llegue la tierra para empezar a jugar bien otra vez, pero el objetivo principal sigue siendo de nuevo ser el mejor en arcilla».
“Va a ser otra vez muy bueno en 2016”
Asimismo, el tío y entrenador del actual número siete del ranking ATP sostiene que su sobrino también ha sabido tocar fondo. “Lo positivo de que Rafael jugó muy mal este año, esta todavía en una posición alta en la Carrera de Campeones. Eso es lo mejor que podemos sacar de esto, porque significa que tiene suficiente espacio para volver más rápido”.
Por otra parte, Toni valoró de forma positiva las sensaciones de los últimos entrenamientos” Él está mejorando, así que no sé si su juego estará de regreso esta temporada, pero creo que Rafael va a ser muy bueno otra vez en 2016. Creo que estamos en el camino correcto, con actitud positiva por parte de todo el equipo y sabiendo que las cosas son difíciles pero podemos estar allí arriba de nuevo”, apuntó el técnico.
De esta forma, parece que los puntos negros del juego de Nadal ya están detectados. Más allá de su problema de confianza, Nadal no está tan rápido de piernas como en años anteriores y sobre todo ha perdido mucha fuerza y profundidad con su derecha. Entrenador y jugador coinciden en este análisis, pero lo peor es que el resto de jugadores hace tiempo que detectan esta carencia. “Los resultados muestran que no es el mismo de antes en los últimos dos años, está cometiendo más errores con su 'drive’”, señaló Djokovic, tras su triunfo en China.
En resumen, Nadal se tomará como un banco de pruebas la primera fase del año, para intentar volver a despuntar en el lugar donde más cómodo se siente. De paso, cuidará mejor su físico centrando sus esfuerzos en superficies ‘blandas’, aunque si no alcanza los éxitos en arcilla la fase final del año puede convertirse en un auténtico infierno para un hombre que necesita ganar a toda costa.
Toni ya dijo que si los triunfos no llegan en 2016 se valorarán cambios y, aunque niegan cualquier modificación a corto plazo en el equipo técnico, todo apunta a que buscarían un asesor a lo Boris Becker o Stefan Edberg para trabajar aspectos psicológicos y cambiar aspectos de su juego para adaptarlos a la treintena. Rafa tiene que reaccionar porque empieza a correr el riesgo de convertirse en el McLaren del tenis, puesto que promete constantemente mejoras que no terminan de verse realmente en la competición. Solo queda esperar que el año nuevo traiga aire fresco para todos.