El ATP World Tour Finals se erige como una de las citas más atractivas del curso. Las ocho mejores raquetas del circuito se retarán hasta el próximo domingo, fecha en la que se designará un nuevo maestro y concluirá una temporada en la que Novak Djokovic ha evidenciado su superioridad. El serbio, que ya ha cosechado su primera victoria, es el gran favorito del grupo Stan Smith, donde compiten junto a él Roger Federer, Tomas Berdych y Kei Nishikori. Más benévolo ha sido el sorteo para Rafael Nadal, que en el grupo Ilie Nastase estará con Stanilas Wawrinka, Andy Murray y David Ferrer.
Casi 90.000 euros por acudir de suplente
El prestigio y la grandeza del evento se ve representado también en el reparto económico. Un campeón invicto se embolsaría algo más de dos millones de euros, una auténtica locura. La cifra supera a la cuantía que se embolsó Djokovic al ganar Wimbledon o Wawrinka al conquistar París, que fue en torno a a 1,7 millones. Y eso que el torneo dura ocho días, y no 14, y que los enfrentamientos se reducen a un máximo de tres sets.
El premio no logra equipararse al del Abierto de Australia y el US Open, que este año han hecho un esfuerzo y han incrementado los números. No obstante hay más cifras impactantes que rodean a la Copa de Maestros. Viajar y asumir el rol de suplente, que este año ejercerán Richard Gasquet (9º) y Jo-Wilfried Tsonga (10º), se paga con casi 90.000 euros.
Así es, 90.000 euros por el mero hecho de asegurar tu presencia en el torneo en el caso de que alguien cause baja o se lesione durante el torneo. Ese dinero supera lo que Nadal se embolsó al conquistar el ATP 250 de Buenos Aires e incluso los cuartos de final en un Masters 1000. Y pese a ello hay tenistas que renuncian, como el pasado curso, cuando Feliciano López, decimocuarto en la clasificación, pudo acudir como suplente tras negarse el resto.
Londres, mínimo hasta 2018
Hace dos días que la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) anunció que el O2 Arena de Londres será la sede de la Copa de Maestros al menos hasta 2018. Tras disputarse cuatro años en Shanghái (2005-2008), se trasladó a la capital británica, con la primera idea de que se mantuviera otros cuatros años antes de designar una nueva ciudad. Sin embargo, la gran afluencia de público (batió récord en 2014 con 263.560 espectadores) y la pasión que late por el tenis ha provocado que la fecha se haya prolongado.
Esto no ha sentado muy bien a dos tenistas de entidad como Djokovic y Nadal, aunque por motivos diferentes. El serbio apuesta por dar a conocer el deporte en otros lugares: “Creo que un torneo de esta magnitud debería cambiar de ciudad cada cuatro o cinco años. Esta es la mejor promoción del tenis y muchos lugares querrían contar con los mejores tenistas del mundo. Sería positivo para explotar nuevos mercados».
La protesta del español difiera bastante y va más allá. El balear no entiende que un torneo de estas características siempre se dispute sobre cemento: “Llevo once años clasificándome para este torneo y siempre he jugado en pista cubierta y en superficie dura. Creo que también se podría disputar en una superficie distinta”.
«Si nos basamos en la filosofía del Masters vemos que lo disputan los ocho mejores tenistas del mundo tras una temporada en la que se juega sobre hierba, tierra batida, pista dura e indoor. Jugar en solo una superficie beneficia solo a algunos«, argumentó el número cinco del mundo, que nunca ha ganado este torneo.