Los éxitos cosechados en los últimos años han colocado a Carolina Marín en lo más alto del bádminton mundial. Su mentalidad ganadora y su juego ofensivo han propiciado unos éxitos inesperados hace tan sólo un lustro. La pasada temporada explotó su potencial y enlazó de forma consecutiva el Abierto de Inglaterra, de Malasia y de Australia. También ganó en Francia, en Hong Kong, y repitió triunfo en el Mundial. De ahí que Saina Nehwal se encuentre a 15.000 puntos de la onubense en el ranking, que desde octubre impone su hegemonía. Por eso, Carolina admite que su único objetivo en los Juegos es “ganar una medalla de oro” y deja entrever que para ella la plata o el bronce sería un premio menor.
Pese a que no es la única figura nacional que destaca (Betriz Corrales, Pablo Abian…), ha sido la encargada de que el bádminton suene en los rincones de las diferentes ciudades de España. Ella misma, en declaraciones a Estrella Digital, reconoce que ha notado un incremento del interés por este deporte. “Desde que conquisté mi primer Mundial sí he notado una mayor afición por el bádminton”, admite la onubense.
En el extranjero, su figura adquiere una mayor trascendencia. En la India, donde el bádminton es un deporte puntero, alcanza una fama que podríamos equiparar a la que existe aquí con algunos de los mejores futbolistas.
En junio cumplirá 23 primaveras, pero ya es una referencia a nivel mundial. “Me siento muy orgullosa. Que me comparen con otros grandes deportistas como Santana para mi es importante”. El campeón de Wimbledon en 1966 fue el gran pionero del tenis español en mundo de la raqueta, como ahora lo es Marín para el bádminton. “Ojalá yo sea la que haya dado ese paso para que el bádminton se haya abierto”.
Sin embargo, esta no es la única vinculación entre Carolina y el tenis. La onubense es fiel seguidora de Rafael Nadal, al que considera su “ídolo”, y al que ve como “un ejemplo a seguir”. Marín cree que el balear es “un referente para muchos deportistas y muchas personas en España. Y pese a que el de Manacor no atraviesa su mejor momento, Marín, desde su piel de aficionada, cree que al balear aún le queda cuerda: “Seguramente nos seguirá dando bastantes alegrías”.
La andaluza se mostró muy “orgullosa” del paso al frente que han protagonizado Garbiñe Muguruza y Carla Suárez, que se han consolidado entre las diez mejores del mundo. Pero es de Nadal del que ha tomado esa mentalidad ganadora, que lleva a la onubense a plantearse el oro como único objetivo en Río de Janeiro.
No resultaría extraño, pero tiene en su contra su escasa experiencia. Hace cuatro años, en los Juegos Olímpicos de Londres, Marín cedía a las primeras de cambio ante la china Li Xuerui, que finalmente alcanzaría el oro. La medalla de plata fue para Wang Yihan y la india Sania Nehwal se llevó el bronce. Estas tres jugadoras, curiosamente, son las que respaldan a la española en el ranking. Todas ellas han asumido el mando del ranking en los últimos años y serán la gran amenaza para Carolina.
Pero la onubense derrocha confianza y no contempla un escenario en el que ella no salga triunfadora. “Mi objetivo es la medalla de oro”, comenta la española. No rechazaría la plata o el bronce, pero deja entrever que serían un premio insuficiente. En la búsqueda de ese codiciado primer puesto, se topará con las rivales mencionadas, todas de enorme entidad. No obstante, Marín no las considera oponentes. “Mi rival voy a ser yo misma”, explica Carolina.
Tras conquistar el Europeo en 2014 y el Mundial los dos últimos años, la onubense ahora quiere conquistar los Juegos Olímpicos, donde hasta la fecha sólo se han coronado jugadoras asiáticas. Tras un respiro que seguro le ha sido breve, a Carolina se le presenta un exigente 2016 en el que deberá defender los numerosos títulos alzados el pasado curso.
Pero la presión no le resta un ápice de ilusión. “Afronto la nueva temporada con muchas ganas. Estamos concluyendo un periodo de entrenamiento porque en una o dos semanas empiezo a competir”. El primer evento exigente al que deberá hacer frente la española es el All England, que se disputa entre el ocho y el trece de marzo.