El deporte no entiende de edades y las curiosidades que entraña en ocasiones resultan asombrosas. En estos dos aspectos encaja Madonna Buder (San Luis, 1930). A sus 85 años, esta monja compagina su vida en el convento con su faceta profesional. Con 50 años completó su primera carrera popular, y hasta la fecha ya acumula 325 triatlones y 45 Ironman. Su afán por el deporte ha llevado a las organizaciones a aumentar las categorías para permitir la presencia de la estadounidense. Buder se ha convertido en la más longeva en completar una de las pruebas más duras y posee varios récords. Su figura cada vez es más reconocida.
Su doble vida
Buder escogió a los 23 años seguir el camino religioso e ingresó en un convento, en el que pasó veinte años. Después, junto a otras 38 monjas, funda la Congregación de las Hermanas de la Comunidad Cristiana. Ahí, el padre Jhon la instó a “comulgar con su cuerpo, alma y espíritu”. Madonna, como relata en su autobiografía ‘The grace to race’, tomó unos pantalones cortos de una pila de ropa donada y unas zapatillas de segunda mano. Compaginar ambas cosas nunca ha resultado sencillo. Correr o ir en bici a los diferentes lugares que frecuenta es su entrenamiento.
Sólo dos años después de aquella reflexión, participó en su primera carrera popular. Desde entonces sus retos se han incrementado. A los 52 años completó su primer triatlón y los 55 su primer Ironman (3,6 km de nado, 180 km en bici y 42 de carrera). Hasta la fecha se ha convertido en un icono, y no es para menos. La monja ha completado 325 triatlones y 45 Ironman. Por el camino ha sufrido diferentes lesiones: se ha roto huesos de la mano, del brazo y hasta la cadera. Tras esta última intervención le aconsejaron parar, pero ella decidió seguir. “Creo que Dios es maravilloso por cómo me sana tan rápidamente. No me considero una vieja, pero cuando veo a gente más joven que yo luchando con sus pobres cuerpos, a veces me siento un poco culpable”, relata en su libro.
Su decisión de echarse a correr no ha sido bien vista por todos. Desde la orden religiosa a la que se unió en 1973 cuestionaron su fe, pero ella se defendió en una entrevista concedida a la web ‘La lectura católica’. “Siempre he sido muy activa y he aprendido que si el Señor te da un don estás obligado a utilizarlo. Si lo pasas por alto, estás insultando al Creador”, declaró Buder.
Incluida en el Salón de la fama
Ella ha seguido a lo suyo y ahora es una figura consagrada que ha batido numerosos registros. En el Ironman de Hawaii, en 2005, Madonna se convirtió en la mujer más longeva en finalizar una carrera de estas características. Cuatro años después batió su propio récord al parar en crono en 16 horas y 54 minutos.
Buder intentó que abrieran un nuevo bloque de edad para mantenerse en la competición, y lo logró. Y pudo batir en 2012 un nuevo registro, casi 30 minutos más rápido que el anterior. Con su nombre incluido en el Salón de la Fama del Triatlón en EEUU y a sus 86 años, sigue empeñada en competir, aunque ahora lo hace en los medios Ironman.