Roger Federer ha regresado a la competición tras dos meses fuera de juego por culpa de una operación de rodilla y un virus posterior. Sin embargo, el mejor de la historia para gran parte de la crítica regresó por la puerta grande con una aplastante victoria frente a Guillermo García-López, por 6-3 y 6-4 en 1 hora y 15 minutos en su primer partido en Montecarlo. Por eso, si todo va según lo previsto Roger y 'Nole' se verán las caras en muchas finales este año y según su entrenador, Severin Luthi, “el veterano de 34 años sabe cómo derrotar a Djokovic”.
Por eso, tras el partido, el tenista de Basilea no tuvo ningún reparo en mostrar su satisfacción con su juego. «Estoy muy contento de cómo superé el miedo tras la operación», aseguró el tenista al que Kuerten ve como única alternativa contra el dominio de Djokovic.
Pese a todo, el técnico principal de ‘RF’, Severin Luthi, reconoció que el actual número uno del mundo está a un nivel impresionante, aunque siempre pueden llegar los baches. «Está a un nivel increíble, actualmente lo gana todo pero la línea entre ganar y perder es muy fina. Djokovic podría tener un mal día o estar enfermo o lesionado», opinó el extenista.
Eterna juventud
Sin embargo, Luthi no cree que su pupilo tenga que fijarse demasiado en lo que hace su rival y a él tampoco le quita el sueño. «Me preocuparía si no supiera cómo derrotarlo, pero no es así. Roger sabe cómo vencer a Djokovic. El año pasado ya lo hizo tres veces y en los otros que perdió, él tuvo sus oportunidades».
De hecho, el hombre que acompaña a Federer desde 2007 ve a su alumno en su una especie de segunda juventud. «Me dijo que todavía se siente como si tuviera 25 años de edad”. Además, confiesa que el secreto del éxito de Roger está en que cada día intenta añadir nuevos elementos a su repertorio. “No solo quiere mantener su nivel sino que quiere mejorar todavía más”.
El hombre récord en los torneos del Grand Slam no quiere ni oír hablar de la retirada. Contempla la posibilidad de jugar cada vez menos torneos hasta que el cuerpo le aguante porque todavía conserva su “amor” por el tenis. Solo tiene claro que cuando cuelgue la raqueta no quiere ser entrenador ni comentarista, aunque también asegura que no puede decir que nunca lo hará porque no sabe lo que le deparará el futuro.