Los héroes en el deporte español son efímeros. Los aficionados cada vez se cansan antes de los triunfos de los grandes campeones y pocos se libran de las críticas desproporcionadas. Pau Gasol, Rafa Nadal, Fernando Alonso, Iker Casillas e incluso Marc Márquez han sufrido en sus propias carnes el odio de muchos españoles.
Sin embargo, el caso de Garbiñe Muguruza es todavía más curioso porque la hispanovenezola se ha encontrado con un montón de ‘haters’ nada más vencer su primer torneo grande. Muchos de los principales periódicos se llenaron de comentarios ofensivos dirigidos hacia ella en las noticias sobre su triunfo en Roland Garros.
Varios de sus detractores acusan a la actual número uno del mundo de no sentir los colores del país que defenderá en los próximos Juegos Olímpicos porque le costó decidirse a la hora de elegir entre España y su país de origen. Nació en Venezuela y su madre también es de allí, pero cuando tenía seis años se mudó a España. Su padre es vasco, pero se formó en la Academia Bruguera de Barcelona.
No quería renunciar a su país de origen, pero también tenía muchos lazos que le unían a España. Finalmente, tomó la decisión por motivos personales, pero también deportivos, puesto que en Venezuela no iba a encontrar compañeras de nivel para competir en los Juegos ni en la Fed Cup.
Suiza, su gran lunar
Además, en ningún caso se puede decir que Garbiñe Muguruza tomase esa decisión empujada por razones econoómicas. De hecho, en 2014 se llegó a publicar en muchos medios de comunicación que el Gobierno de Maduro la tentó con una oferta millonaria. Esa hipótesis no es nada descabellada, puesto que deportistas venezolanos de fama mundial como Pastor Maldonado han contado con patrocinios millonarios de empresas estatales y han ingresado mucho más dinero que muchos rivales con mejores resultados procedentes de cualquier país europeo.
No obstante, cuando venció en la final de Roland Garros frente a Serena Williams se empeñó en recalcar que el triunfo era para las dos naciones. Se emocionó al escuchar el himno español, pero también expresó su deseo de que este éxito sirviera para promocionar el tenis en su país de origen.
Muguruza decidió su nacionalidad con 20 años, pero muchos no le perdonan que no se decidiese mucho más joven. Por otro lado, también hay algunos que se muestran en contra de cualquier tipo de nacionalizaciones y cargan contra ella como también lo hicieron contra Diego Costa o Ibaka. Asimismo, otros mezclan la política con el deporte para criticar e incluso hablan de un “producto pepero” y se indignan por la felicitación que le realizó Mariano Rajoy.
Por último, el auténtico punto débil de la biografía de Muguruza llega cuando revisamos su lugar de residencia. La chica vive en Suiza, supuestamente porque ahora entrena mejor allí, pero de paso sigue la moda de pagar menos impuestos, esa a la que en su día también se acogieron Fernando Alonso, Jorge Lorenzo o Marc Márquez, aunque ellos nacieron en territorio español. No muchos deportistas de elite pueden hablar de tributaciones ejemplares en los tiempos que corren, pero a ella este aspecto se le penaliza todavía más.
Felipe Poza