Cristian Toro solo tiene 24 años, pero se ha ganado el honor de competir junto con Saúl Craviotto en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en el K2 de 200 metros. El veterano de 32 años se enfrenta a los que pueden ser sus últimos Juegos en plenitud con el listón muy alto, puesto que en Londres logró el oro y en Pekín también consiguió una plata.
Los dos consiguieron acceder a su sueño tras vencer en el Preolímpico de Duisburgo y conquistar la única plaza libre que quedaba para la gran cita del verano. Toro y Craviotto compiten juntos desde que el pasado mes de noviembre los técnicos de la Federación decidieran unirles porque entre los dos forman una perfecta mezcla de explosividad y veteranía.
Los dos entrenan juntos en Avilés y estuvieron también concentrados en Sevilla y lo realmente sorprendente es que la gente se acerca a pedirle fotos al joven, mientras que pocos conocen al campeón. Toro sobrelleva como puede la fama, aunque poco a poco el número de adolescentes que se acuerdan de él es más bajo.
Este joven nacido en Venezuela decidió presentarse como tronista de Mujeres y Hombres y Viceversa hace cuatro años. Según cuenta en El Mundo, entonces vivía en la residencia Blume de Madrid, pero acababa de salir de una relación amorosa y como diversión decidió pasar por el programa de televisión durante unos meses.
En esa breve aventura delante de las cámaras, Toro protagonizó un triángulo amoroso con Santana y Gala dentro del programa de televisión, pero rápidamente decidió echarse a un lado y ahora recuerda con cierto sonrojo aquella época. Sin embargo, su vida sigue ligada a la pequeña de alguna forma, puesto que ahora vive un noviazgo con Irene Junquera, colaboradora de El Chiringuito y Zapeando.
En cualquier caso, Toro siempre tuvo claro que se quería dedicar al piragüismo. De hecho, nunca dejó de entrenar, aunque en esa época le costaba más centrarse en el deporte. Casi al mismo tiempo, Cravitto consiguió el oro en Londres y el solo soñaba con estar algún día en su lugar.
Por suerte para él, el tiempo le unió a uno de sus ídolos y con el paso de los entrenamientos Toro también vio en Craviotto un modelo a seguir en la vida. Ahora Toro quiere ser policía nacional, como su compañero de equipo. Preparará las oposiciones después de los Juegos y tiene muy claro que no quiere dedicarse a la televisión.
Felipe Poza