El final de la ascensión al Mont Ventoux ha sido de lo más inesperado. Pese a que los directores de carrera habían optado por eliminar los seis últimos kilómetros debido a las fuertes rachas de veinto, un inesperado golpe propició un final de infarto. Chris Froom, sobrado de fuerzas, impuso un mayúsculo ritmo que hizo ceder a Nairo Quintana cuando restaba poco más de un kilómetro. Sólo Richi Porte y Mollema eran capaces de seguir la estela del británico. Parecía un nuevo golpe en la clasificación general, hasta que una motocicleta se interpuso en el camino de los participantes. La gente redujo el espacio, como suele ser habitual en este tipo de puertos, y una moto se vio obligada a frenar ante la multitud.
Por detrás llegaban lanzado este trío que, que golpeó contra el vehículo. Mollema y Porte recuperaron su bicicleta y continuaron la ascensión, mientras que Froome, tras ver dañada su bicicleta, decidió continuar a pie. Empezó a correr, a unos 400 metros para alcanzar la línea de meta, a la espera de una nueva bici, después de intentar avanzar con la suya sin los pedales y comprobar que era prácticamente imposible. Así, prosiguió unos cuantos metros hasta que un coche de Sky le proporcionó otra bicicleta con la que concluir la etapa. Froome llegó a meta, con claros gestos de enfado.
Su ataque, con el que iba a afianzar su liderato, se fue al traste en un principio y cedió el maillot amarillo, que quedaba en manos de Adam Yates. Sin embargo, tras la conclusión de la etapa, Dirección de Carrera optó otorgar a Froome y Porte el mismo tiempo que Mollema, que fue el primero de los implicados en la caída que cruzó la meta. Con esta medida, el británico ha logrado conservar el maillot amarillo. El triunfo fue para Thomas De Gendt, que venció en el sprint final a Puwels y Dani Navarro.
Alberto Puente