El informe McLaren, que fue encargado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) a una comisión independiente, confirmó la existencia de un dopaje de Estado en Rusia durante los Juegos Olímpicos de Sochi en 2014. Este informe confirmó las sospechas vertidas meses atrás y además demuestra la colaboración del Sercivio Federal de Seguridad, (FSB, antiguo KGB) que ayudaron a los atletas a cambiar las muestras contaminadas por otras limpias.
Richard McLaren, máximo responsable de la investigación, asegura que el sistema montado “ayudaba a transformar un positivo en negativo”. Para llevarlo a cabo era necesaria la intervención y supervisión del Ministerio de Deportes de Rusia asi como del Servicio Federal de Seguridad. McLaren, que también es miembro del Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS), cree que la participación de los servicios secretos rusos fue muy “activa”.
El informe de 97 páginas explica cómo el laboratorio de Moscú encubrió a los atletas: «El sistema fue implantado tras los Juegos de 2010 en Vancouver y operó hasta 2014», explica el escrito.
El ministro de Deportes, clave en el proceso
Yuri Nagornij, ministro de Deportes de Rusia, era el que recibía las muestras de positivos y decidía quién se “beneficiaba del encubrimiento y quién no sería protegido. El sistema, salvo en las grandes competiciones internacionales, funcionó bien para encubrir el dopaje”, explicó en una rueda de prensa en Canadá el abogado.
Las reacciones no se han hecho esperar. El presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, ha dicho que es “un ataque impactante y sin precedentes a la integridad del deporte y los Juegos”, además asegura que “el dopaje promovido por el Estado” no quedará impune. “El COI no dudará en imponer las sanciones más estrictas contra todo individuo y toda federación implicada«, ratificó Bach.
Jesús Torrado