Nadie puede frenar a Chris Froome. Tom Dumoulin, especialista en las contrarreloj, vislumbró desde un asiento cómo el británico pulverizaba su marca. El líder de Sky obtuvo un tiempo de 30:43, con el que selló su segundo triunfo y afianzó su liderato en la general. Mollema se mantiene como su principal perseguidor, ya a casi cuatro minutos. Nairo Quintana deberá atacar en los próximos días para subirse al podio.
Dumoulin, la referencia
El belga, que ya demostró su gran habilidad en la primera contrarreloj, marcó el tiempo a batir: 31:04. Las cuestas no acomplejaron a Dumoulin, que tras cruzar la meta declaró que no había sido “la crono más dura”, pero que era “muy complicada y delicada”. Lo he dado todo y estoy satisfecho con el tiempo”, explicaba. Eso sí, bajo su punto de vista no era “suficiente para ganar”. Sin embargo, ningún corredor conseguía rebajar su tiempo. De Gendt se situaba segundo, a 41 segundos. Y tras él, el español Izaguirre, Coppel y Nibali. Los hombres de la general parecían ser su único escollo.
En el kilómetro 6,5 (primer punto de referencia), corredores como Joaquim Rodríguez, Aru y Valverde se colaban provisionalmente en el Top 5, en un puñado de cinco segundos respectivamente. Todos ellos con un objetivo común: pelear por el podio de la general. Pero si alguien sorprendió fue Porte, que lograba momentáneamente el mejor tiempo de la etapa. El australiano demostraba que llega con confianza y fuerzas al tramo final del Tour de Francia.
En el segundo punto cronometrado, Valverde abandonaba sus opciones y Aru se reforzaba en la segunda posición. Porte, con peor cadencia, tampoco era capaz de batir a Dumoulin, que a expensas de Froome ganaba enteros para alzarse con el triunfo de etapa. Mollema sufría, y de qué manera, hasta el punto de entregar casi en bandeja la segunda posición en la general a un Yates que cuajó un gran primer envite. Froome, quinto en el primer envite, tampoco se erigía como oposición a Dumoulin
Batalla final
Quintana, que había cuajado un pésimo primer tiempo, mejoró considerablemente en el terreno que a priori menos se adaptaba a sus cualidades, y ‘salvó’ la jornada. Lo mismo hizo Mollema, que finalmente mantuvo su segundo puesto en la general, ante un Yates al que la fatiga le jugó una mala pasada en los metros finales. Froome, que sólo cedía diez segundos en Comblux, ecuador de la crono, hacía temblar a Dumoulin, que fijaba su mirada en los televisores.
En los metros finales se acabó la incertidumbre. Froome no sólo batió el tiempo del holandés, sino que lo rebajó de forma considerable. El británico bajo de los 31 minutos para conseguir su segundo triunfo de etapa y afianzar, aún más, su liderato. A falta de dos pruebas, nadie parece capacitado para batir al hegemónico maillot amarillo. Mollema mantiene su segunda plaza en la general y Quintana deberá atacar para alcanzar el podio.
Alberto Puente