Ibtihaj Muhammad nació en Nueva Jersey hace 30 años. Su padre era policía y su madre profesora, pero eso no evitó que sufriera episodios de discriminación durante su infancia. De hecho, a los 13 años se decidió a practicar esgrima porque era la única disciplina que le permitía llevar el Hiyab, aunque fuera debajo de la careta.
Sin embargo, cuando descubría su rostro después de cada contienda tampoco se libraba de muchos comentarios, puesto que la esgrima siempre fue una disciplina reservada a los hombres blancos. Muhammad sufrió las consecuencias del crecimiento de la islamofobia tras el 11S y en la actualidad considera que el crecimiento del Estado Islámico también perjudica a su colectivo.
“No puedo caminar sola por la calle demasiado tarde o ir a ver a los amigos por la noche. Vivimos en un momento de locura, en el que muchas minorías tienen miedo de llamar a la policía”, comentó la joven ante los medios hace pocas semanas.
Además, Muhammad logró llegar a la Universidad de Duke y estudió una doble titulación en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos. Asimismo, con el tiempo se convirtió en una prestigiosa diseñadora y fundó su propia marca de ropa.
La joven musulmana tomo esa decisión porque los vestidos destinados a chicas jóvenes que encontraba solían ser muy cortos y ceñidos, pero ella necesitaba modelos vistosos que respetaran las costumbres musulmanas. Sin embargo, nunca dejó a un lado su devoción por la esgrima y solo se perdió los Juegos Olímpicos de Londres por culpa de una lesión.
Tramp, “una plataforma para el odio”
Por todo esto, Muhammad se ha convertido en una de las 100 personas más influyentes del mundo según la revista Time. No obstante, su popularidad puede crecer todavía más si consigue una medalla en Río de Janeiro, algo que es muy probable, puesto que está consolidada en el ranking de las 10 mejores de su disciplina.
En cualquier caso, esta chica cree que ya ha ganado solo con llegar a los Juegos porque su historia puede servir para concienciar a la sociedad. “Puedo contestar con mi imagen a la gente que cuestionaba que los negros pertenecieran al mundo de la esgrima, o que las mujeres musulmanas no pudieran practicar deporte, o que los musulmanes no tuvieran un hueco en el equipo olímpico americano. Ahora me siento realizada”.
De hecho, Muhammad tiene muy claro que compite por el país, pero especialmente por todos los afroamericanos islamistas. “Siento que he sido bendecida para estar en esta situación, en una plataforma. Cuando pienso en mis antecesores, la gente se ha manifestado contra la intolerancia y el odio, pienso que no debo luchar por mí misma, sino también por mi comunidad”.
Por último, Muhammad se ha involucrado mucho en la política a medida que Donald Tramp ha cogido fuerza como candidato republicano a la Presidencia de los Estados Unidos. De hecho, ha tenido varios cruces de acusaciones con el magnate, al tiempo que se ha mostrado especialmente cercana a Michelle Obama.
Para esta deportista, Tramp “está proveyendo una plataforma para el odio”. “Temo por las minorías de mi país“. En cambio, Muhammad apuesta por “cambiar el preconcepto que muchas personas tienen sobre las mujeres musulmanas en un momento político difícil, que nos tiene en la mira porque, si gente como Donald Trump lograse su cometido, no existiría la diversidad en nuestra nación”.
Felipe Poza