miércoles, noviembre 27, 2024
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Del Potro sale desatado del ascensor y hace llorar a Djokovic

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El día del estreno de Del Potro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro fue una auténtica montaña rusa de emociones. Antes de su partido contra Novak Djokovic, el argentino se quedó encerrado en el ascensor de la Villa Olímpica durante 40 minutos y a pocos minutos de que la pelota echase a rodar la angustia le había dejado sin ganas de jugar.

Sin embargo, Del Potro no estaba dispuesto a renunciar a este partido por nada del mundo. Llegaba clasificado como 145 del mundo, tras su infierno de lesiones, pero sabía que esta era la oportunidad ideal para renacer. Con la camiseta de su país siempre se sintió más grande y este domingo no dio ni una sola opción al número uno del mundo. Venció con un doble 7-6 y dejó unas sensaciones bárbaras.

De hecho, ambos sets fueron muy parecidos. El vencedor del US Open en 2009 recuperó su mejor versión y estuvo imperial con la derecha. Djokovic intentaba jugarle siempre al revés, donde Del Potro también estuvo muy solvente, pero en cuando podía el tandilense sacaba el drive, que le funcionaba como un auténtico martillo.

Por eso, la gran diferencia entre los dos tenistas estuvo en el número de golpes ganadores conectados, ya que Del Potro se salió en este aspecto y tampoco cometió muchos errores no forzados. Ambos tenistas consiguieron mantener sus servicios durante dos sets, aunque Djokovic sufrió mucho más en cada saque, pese a que el argentino no fue capaz de aprovechar ningún punto de break. En cambio, en el tie break, el hombre que ya ganó a Nole en la lucha por el bronce en Londres 2012, se impuso con relativa comodidad.

Un abrazo para la historia

Djokovic no hizo nada mal para irse a casa a las primeras de cambio. Jugó un tenis muy sólido con golpes sublimes, pero por primera vez en mucho tiempo pensó que tenía al otro lado de la pista a un tenista capaz de conectar mejores golpes que los suyos. No perdió la paciencia en ningún momento, pero miró con incredulidad después de cada derechazo imposible, como si pensara que Del Potro hubiera dejado de ser humano.

En resumen, el partido fue realmente precioso y la afición de Río se dividió para crear un ambiente ensordecedor. Los argentinos asistentes se volcaron con Del Potro, pero la mayoría del público se puso del lado del número uno. Todos los puntos fueron jaleados con pasión, hasta que al final de la contienda todos los aficionados se pusieron en pie para despedir a los dos monstruos de este deporte. Los dos se fundieron en un precioso abrazo, antes de que cada uno por su lado se pusiera a llorar de forma desconsolada. Djokovic sabe que se le acaban las oportunidades de conseguir el oro olímpico en su carrera y Del Potro siente que ha vuelto a nacer después del infierno que ha vivido en los últimos años. Pensó en la retirada y ahora se ha ganado la licencia para soñar con una nueva medalla olímpica.  

Felipe Poza

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