miércoles, septiembre 25, 2024
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Éric Moussambani encuentra un sucesor etíope en Río 2016

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Más allá de las medallas de Phelps o los triunfos de Nadal, los Juegos Olímpicos siempre sacan a relucir grandes historias de superación. Sin embargo, el nombre de Eric Moussambani adquirió una repercusión realmente especial en Sídney 2000.

Este nadador de Guinea Ecuatorial recibió una invitación del COI para competir dentro de un programa de inclusión de deportistas de países en vías de desarrollo. Aprendió a nadar solo ocho meses antes de llegar a la competición más importante del mundo del deporte y le tocó echarse a la piscina en solitario.

‘Éric la Ánguila’ no había visto en su vida una piscina larga y no daba crédito cuando le dijeron que tenía que ir y volver para completar los 100 metros lisos. La distancia destinada a los velocistas fue completada en 1.52.72 por el nadador amateur, que durante muchos metros daba la sensación que era incapaz de avanzar.

Sin embargo, 16 años después un nadador etíope decidió emularle. Robel Kiros Habte recibió una invitación de la FINA para países con poca representación en natación y ha tenido el honor de competir junto a otros dos nadadores.

Mucho más rápido que Moussambani

El ‘nuevo Moussambani’ ha detenido el crono en 1:04.95, mientras que sus dos rivales en la serie de clasificación le han sacado más de media piscina. No obstante, Robel Kiros Habte reconoció que le pudo la presión y que llegó a la prueba muy cansado tras los entrenamientos matinales, puesto que su mejor marca en la distancia es 59.08.

A sus 24 años, Kirros Habte apostó por la natación por su carácter rebelde. “Quería hacer algo diferente por mi país. Por eso elegí nadar”, explicó en una entrevista concedida a Reuters en los días previos a la competición.

No obstante, lo que más llamó la atención de este hombre cuando entró en la piscina no fue su lentitud, puesto que su barriga centró todas las miradas. Moussambani lucía tableta de chocolate, pero se ve que Kiro Habte no cuidó tanto su físico en los días previos a la carrera de su vida.

En cualquier caso, el vive ajeno a las críticas y solo se limita a disfrutar de su momento. “Soy muy feliz porque es mi primera competición en los Juegos, así que doy gracias a Dios. Cada día, todo el mundo cuando se levanta en Etiopía, lo que hace es correr, no nadar, pero yo no quería correr. Yo quería ser un nadador. No importaba donde acabara”, comentó tras la prueba. 

Felipe Poza

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