Rafa Nadal se tendrá que conformar por la lucha por el bronce, después de un partido agónico en el que perdió finalmente frente a Juan Martín del Potro (7-5, 4-6, 6-7). El argentino fue un coloso con su saque durante todo el encuentro, pero 'el rey de la tierra' tiró de casta para alargar el encuentro hasta el límite. El español se llevó el primer set, pero a partir de ahí, el ganador del US Open en 2009 recuperó su mejor tenis y tomó la iniciativa.
Por eso, Del Potro luchará en la gran final frente a un Andy Murray mucho más descansado, mientras que Nadal se jugará la medalla frente a un Kei Nishikori, que decepcionó muchísimo en el partido de semifinales. Rafa tiene mucho castigo en el cuerpo, pero al menos tendrá más tiempo para descansar que en jornadas anteriores.
En cualquier caso, Nadal volvió a ganarse el respeto del mundo del tenis, puesto que protagonizó uno de los partidos más vibrantes de su carrera y eso es mucho decir. Salió de circunstancias muy delicadas con su servicio en varias ocasiones, pero finalmente cedió varios puntos con su derecha por intentar ser agresivo y ajustar demasiado sus golpes. Tras ganar a Djokovic en primera ronda, Del Potro puede estar también muy orgulloso del torneo que ha realizado porque da toda la impresión que ha vuelto a la elite para quedarse un buen tiempo. El público estuvo permanentemente dividido entre ambos contendientes y en algunos momentos hizo más ruido de la cuenta. El argentino se vengó, ya que Nadal fue su verdugo en dobles.
El primer set no empezó de la mejor manera posible para los intereses de Rafa Nadal. El manacorense cedió su primer saque, a pesar de que no lo jugó del todo mal. Sin embargo, Del Potro fue capaz de aprovechar los mínimos resquicios que dejó para poner el partido muy cuesta arriba para el flamante campeón olímpico de dobles.
Además, en los primeros juegos el tandilense se mostró impecable con el saque y a ritmo de ace intentó intimidar a Rafa. En cambio, Nadal y no perdió la cabeza y fue en todo momento consciente de que en este partido el aspecto táctico era decisivo. Castigó el revés de Del Potro siempre que pudo e intentó anotarse todos y cada uno de los peloteos largos.
Poco a poco, el plan le empezó a salir a Rafa, mientras que Del Potro se enganchaba con su primera doble falta y con peticiones fallidas de ojo de halcón. Por eso, Rafa consiguió igualar la contienda a mediados de set y aguantó su servicio sin auténticos problemas hasta que llegaron los juegos decisivos. Todo apuntaba a tie break, pero el balear apretó en el juego decisivo y logró volver a romper a Del Potro y anotarse el set en un juego en el que el argentino empezaba a acusar el cansancio, ya que 'el rey de la tierra' fue muy inteligente a la hora de hacerle correr por la pista.
En cambio, en el tercer parcial, el tenista que vestía de albiceleste cogió aire y en el tercer juego logró romper nuevamente el saque del español. Nadal cogió ventaja con el 30-0 en ese parcial, pero no supo cerrar los puntos posteriores y permitió que el argentino cogiese mucha vida. A partir de ahí, el choque se convirtió en una guerra psicológica en la que Del Potro no titubeo en el resto del set para mantener sus servicios y anotarse así el segundo parcial.
Nadal estuvo demasiado agresivo
De esta forma, Nadal tuvo que afrontar por tercera vez en dos días un tercer set, sin ninguna intención de rendirse. El componente físico empezaba a pesar en el partido, pero el inactivo Del Potro empezaba acusar más el cansancio que el maratoniano Nadal. El gigante argentino sufrió para cerrar su primer servicio, pero se agarró al saque para seguir con todas sus opciones intactas. A partir de ese momento, cada juego se convertía en una larga agonía y Rafa también tuvo que salvar dos bolas de break para poner el 3-2 en el marcador del set.
Del Potro empezaba a sufrir cada vez menos y Nadal mandó todas sus bolas largas en el noveno juego por culpa de sus ganas de ganar por la vía rápida cada punto. El argentino se aprovechó de esas imprecisiones para romper el servicio y sacó a continuación para cerrar su pase a la final. Todo el mundo imaginaba ya la derrota de Nadal, pero esa posibilidad no pasaba por su cabeza. Del Potro no acusó los nervios y conectó servicios que superaron ampliamente los 200 kilómetros por hora, pero Rafa los devolvió todos a la pista y consiguió el break en blanco. En cambio, el siguiente juego volvió a complicarse muchísimo para el español, ya que Del Potro logró el 0-40 de inicio, pero Rafa salvó las tres bolas de break y trasladó toda la presión a su contrincante. El tandilense cerró su último servicio en blanco y envió el partido al tie break. Una vez allí Nadal cedió el minibreak en el primer punto, fue capaz de salvar una bola de partido al resto, pero en la siguiente con el saque en su poder volvió a pasarse de fuerza con la derecha. Así las cosas, Del Potro se tiró al suelo en ese momento para celebrar el triunfo con lágrimas en los ojos.
Por su parte, Andy Murray no sufrió ni lo más mínimo pasa solventar su semifinal frente a Kei Nishikori. El británico entró a la pista a tope con ganas de resolver el encuentro por la vía rápida. El japonés se aturulló de inicio y por eso el primer parcial se cerró con un claro 6-1. Además, el actual número dos del mundo también se anotó el segundo set 6-4 para cerrar el encuentro. El vigente campeón de Wimbledon llega a esta cita con mucho menos desgaste ya que en la modalidad de dobles cayó junto a su hermano Jamie frente a los Brasileños Sa y Bellucci. Ningún tenista ha sido campeón olímpico en individuales en dos ocasiones a lo largo de la historia del tenis, ni en la modalidad masculina ni en la femenina. Nadal quería luchar por tener este privilegio, pero finalmente solo Murray podrá optar a ello este domingo. Pekín queda muy lejos, pero Rafa todavía no ha perdido su grandísima ambición.
Felipe Poza