Marcus Walz consiguió el cuarto oro de la delegación española en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en la prueba de K1 1000 metros en una carrera vibrante. De esta forma, tras la retirada de David Cal, el piragüismo se consolida como la disciplina más exitosa del deporte nacional, puesto que Maialen Chourraut ya consiguió otro oro unos días antes, aunque ese fuese en aguas bravas.
España se acostumbra a ganar oros, puesto que el aparentemente discreto bagaje de seis medallas se engrandece sobremanera cuando cuatro de ellas son doradas. De hecho, a estas alturas de competición, España ya ha ganado más pruebas que en Londres 2012 y tiene a tiro los cinco oros de Pekín y Atlanta.
Sin embargo, este lunes Marcus Walz, de madre alemana y padre inglés, tuvo que sufrir muchísimo para llevarse el triunfo. Nacido en Oxford, pero afincado en Mallorca, el palista español controló como nadie la carrera y no perdió la cabeza a pesar que durante muchos metros parecía estar completamente fuera de la lucha por las medallas.
Llegaba con el tercer mejor tiempo de las semifinales, pero con la sensación de que muchos de sus rivales se habían reservado un puntito. El australiano Murray Steward y el portugués Fernando Pimenta fueron los mejores en la jornada previa, pero lo cierto es que los tiempos de la final no tuvieron nada que ver con los de las jornadas anteriores ya que Marcus Walz consiguió parar el crono en un increíble 3.31,44, dos segundos menos que en la semifinal.
Un gran futuro por delante
Marcus Walz no empezó mal la carrera, puesto que era segundo en el paso del primer 200, aunque Pimenta parecía insuperable, puesto que sacó más de una embarcación a todos sus rivales a esas alturas de carrera. Sin embargo, el ruso Anoshkin y Steward respondieron a mitad de carrera para acortar las distancias con el portugués, mientras que Walz parecía hundido en los puestos intermedios.
No obstante, cuando llegó el último 200 salieron a relucir las potentes paladas de los deportistas que se habían tomado la carrera con más sangre fría. El checo Josef Dostál y el español tiraron con todo al final y lograron colocarse en las dos primeras posiciones antes de cruzar la meta, aunque Walz ganó con cierta comodidad, ya que su rival marcó un tiempo de 3.32, 14. Anoshkin completó el podio.
Por todo eso, Marcus Walz, que se ha preparado a conciencia en Madrid para esta competición durante los últimos años, se mostró eufórico en el podio. A sus 21 años tiene un gran futuro por delante, puesto que fue campeón junior en su disciplina y tiene varios Juegos por delante. En la ceremonia de entrega de medallas, el palista se tocó el escudo de España cosido al pecho, como señal de agradecimiento al país que se lo ha dado todo deportivamente.
Felipe Poza